El cielo se ilumina
y la estrella de la mañana resplandece,
se vuelve tenue.
Cantos de pájaros comienzan
vivamente.
Esta belleza simple del día al despuntar
simboliza la fácil irradiación,
que llega libremente, suavemente;
que llega serena desde Dios,
iluminando todo lo que Dios ya ha hecho
con esplendor, en armonía, sin esfuerzo,
que crece y refulge hasta
la plenitud del día.