La gente no siempre asocia la libertad con la afiliación a la iglesia. Algunos sienten todo lo contrario: que se restringe severamente la libertad de hacer lo que quieren cuando toman parte en las actividades de instituciones y organizaciones.
Sin embargo, la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens) derrama una nueva luz sobre este problema. Aporta una libertad de carácter mucho más esencial, y, a la vez, esta influencia liberadora se extiende a nuestro trato con organizaciones y, ciertamente, a todos los aspectos de nuestra vida. La afiliación a la iglesia nos trae muchas satisfacciones: el renacimiento espiritual, el fortalecimiento de la unidad de propósito con los demás, las oportunidades para compartir el gozo de la curación en la Ciencia Cristiana con nuestra comunidad. Este editorial trata solamente un aspecto del bien espiritual que aporta la afiliación a la iglesia, a saber, el descubrimiento de lo que la libertad realmente significa en nuestra experiencia individual y, por lo tanto, en nuestra comunidad.
La Ciencia Cristiana provee la manera de liberarnos de la más tiránica forma de esclavitud: la dominación de los sentidos materiales. Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, escribe en Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras: “La esclavitud del hombre no es lícita. Cesará cuando el hombre tome posesión de su legado de libertad, su dominio otorgado por Dios sobre los sentidos materiales”.Ciencia y Salud, pág. 228.
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