Deseo expresar mi gratitud a Dios por una curación que tuve mediante la Ciencia Cristiana. Hace más de veinte años, yo sufría de los intestinos. Apenas podía retener los alimentos; también, casi todo parecía producirme dolores de cabeza. Tomaba toda clase de medicinas, pero mi condición no mejoraba.
En ese tiempo, la madre de mi esposo me dio un ejemplar del libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud por la Sra. Eddy. Lo leía todos los días, aunque sin comprender mucho. Sin embargo, la mera lectura me hizo perder mucho temor. Poco tiempo después, mi suegra me invitó a concurrir a los cultos religiosos de una filial de la Iglesia de Cristo, Científico, y acepté.
Luego, un miércoles, al salir de la reunión de testimonios, sentí como si un velo hubiera caído de mis ojos. En ese momento, comprendí que había sanado.
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