Puesto que la demostración en la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens) no consiste tanto en que ciertas “grandes” curaciones ocurran en el transcurso de una existencia, sino más bien consiste en la espiritualización diaria de la vida, ha llegado el momento de compartir nuevamente algunos de los maravillosos frutos que mi familia ha obtenido: “Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, te alabaré para siempre” (Salmo 30:12).
En cierta medida, cada uno de los miembros de nuestra familia ha comprobado, durante los últimos meses y años, la omnipresencia de Dios, al vencer las formas de limitación impuestas por un falso sentido mortal del ser. El bienestar espiritual, derivado de la comprensión en la Ciencia de que Dios es perfecto y que el hombre lo es también, se ha manifestado en constante buena salud, vida útil y productiva y abundante provisión; todo lo cual ha contribuido a que cada miembro de la familia haya tenido la capacidad de alcanzar una manera mejor de servir a Dios y a la humanidad.
Al comprender que el hombre es la imagen espiritual de la Vida, Dios, la única Mente — que jamás es un originador o creador, sino que siempre es el reflejo de su Hacedor — he encontrado una creciente liberación del falso sentido personal de responsabilidad, incluso de la tensión, confusión, presión, opresión y el temor que generalmente lo acompañan. Esta liberación ha hecho posible que llevemos a cabo, con alegría y sin dificultad, nuestros deberes cívicos y de familia, de iglesia y de trabajo. Además, a medida que nuestros hijos han crecido y cada uno ha seguido su propio camino, la comprensión de que la Mente divina, el Amor, que siempre ha sostenido nuestros pasos, está, en cierto sentido, “ubicando” ahora los de ellos, me ha dado consuelo, liberación de las preocupaciones y confianza en el cuidado de Dios. Pero mi agradecimiento más profundo es por haber alcanzado una comprensión más amplia de que no hay dos creaciones — eternamente en conflicto — sino una sola, la de Dios, el Espíritu, el Todo-en-todo.
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