¿Qué buscamos por medio de la oración? ¿Qué tratamos de demostrar? Estas preguntas requieren un profundo autoexamen si han de contestarse eficazmente. ¿Oramos para conseguir un trabajo, u otro que nos va a proporcionar más dinero? ¿O buscamos un comprador para una casa que ha estado en venta por cierto tiempo? ¿O un matrimonio más feliz? ¿O mejor salud? ¿O alivio para un problema de relaciones personales? Cualesquiera que sean nuestros deseos o cualquiera que sea el problema con el que estamos luchando, ¿no sería más sabio y más práctico poner nuestro principal esfuerzo en demostrar la bondad de Dios en nuestras vidas y en el amor que sintamos el uno por el otro? Al tener tales prioridades estaríamos ajustándonos al bondadoso consejo de Cristo Jesús: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
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