Levantémonos y resplandezcamos,
brillemos con calidez, irradiemos,
hasta que las brumas del error
se atenúen y desaparezcan.
Y si el pensamiento nebuloso
al instante no puede comprender,
continuemos resplandeciendo y demostremos
las verdades en que confiamos.
Se necesita más luz
para una tierra en penumbras
y la brindamos aquellos que,
con lámpara encendida en mano,
mostramos la verdad que conocemos
a través de nuestra manera de vivir.
¡De gracia hemos recibido;
demos de gracia!
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