Las fotografías que vemos en las noticias, en donde la gente latinoamericana se cubren las caras para ocultar su identidad, son solamente un agudo recordatorio de la gran cantidad de personas que buscan amparo hoy en día. Esta gente, que lucha contra tremendos obstáculos, viaja de país en país con la esperanza de encontrar un nuevo hogar. Muchos de ellos, en vez de escapar, hubieran preferido ver la injusticia, la confusión y la opresión erradicadas de sus países.
¿Quién no quisiera encontrar amparo, si pudiera, en el mismo lugar en que se encuentra? Nadie desea vivir huyendo, escondiéndose y con temor. Pero, para establecer la justicia y la seguridad permanentes, se requiere más que la valentía humana o la resignación a soportar injusticias.
En las últimas palabras del Salmo 23, vemos parte de lo que se requiere para alcanzar esto: “Y en la casa de Jehová moraré por largos días”. La seguridad, la prosperidad y el bienestar descritos en este conocido salmo, están basados en la comprensión de que uno puede habitar en la casa de Jehová, y en realidad uno habita en ella. Al escribir sobre lo que implica espiritualmente este salmo, la Sra. Eddy nos da la interpretación de este último versículo: “en la casa [la consciencia] del [amor] moraré por largos días”.Ciencia y Salud, pág. 578.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!