Cuando por primera vez nos sanamos en la Ciencia Cristiana y nuestra vida mejora por completo, compartimos generosamente con los demás la maravillosa fuente de las bendiciones que hemos recibido. Pero si nuestros esfuerzos por compartir encuentran oposición, nos sentimos inclinados a pensar que hemos adquirido la “sabiduría” de no compartir.
Sin embargo, la renuencia a compartir está lejos de ser sabiduría divina, que actúa mediante la oración para vincular a los que quisieran dar con los que quisieran recibir de buen agrado. Al espiritualizar nuestros esfuerzos, podemos renovar nuestros deseos de compartir. La Sra. Eddy cita a Cristo Jesús como nuestro ejemplo cuando dice: “Enfrentó y venció la resistencia del mundo”.Escritos Misceláneos, pág 74.
Jesús demostró que la resistencia no tiene ningún poder al sanar y redimir a los demás, y al resucitar o espiritualizar su propio pensamiento, que lo capacitó para triunfar sobre la tumba. Sus seguidores también pueden demostrar, aunque sea con comienzos modestos, que la resistencia no tiene poder alguno. Después de todo, él prometió: “Yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se opongan”. Lucas 21:15.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!