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Una Iglesia visible

Del número de julio de 1986 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


La oportunidad que tiene cada miembro de la iglesia de presentar la Ciencia Cristiana en forma más visible al público es un privilegio magnífico. Mientras nos mantengamos firmes en la comprensión de Dios que hemos discernido y demostrado, algo de suma importancia para la humanidad está tomando lugar. Estamos cumpliendo con nuestra parte en ayudar a que la humanidad vea el poder y la presencia de Dios.

La Ciencia Cristiana revela que Dios es la Verdad, la Vida y el Amor. Y nuestra Guía, la Sra. Eddy, escribe: “La Verdad, la Vida, y el Amor son formidables, dondequiera que se piense, sienta, hable o escriba sobre ellos, ya sea en el púlpito, en la corte, a la vera del camino o en nuestros hogares. Son los vencedores que jamás serán derrotados”.The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 185.

Las personas que aprecian profundamente la Ciencia Cristiana no debieran inquietarse por las tormentas de escepticismo que surgen a medida que la idea-Cristo, proclamando la perfección de Dios y la individualidad espiritual del hombre, se comprende de mejor manera. Puesto que esta Ciencia es de Dios, está por siempre sostenida y mantenida por Dios.

Mas cada uno de nosotros sí tiene la oportunidad de dejar que la luz del poder sanador de Dios brille en nuestra vida en beneficio de la humanidad. De ninguna manera es una responsabilidad agobiadora, pues Dios nos da la capacidad para expresar la Verdad que sana, el Amor que alienta, la Vida que redime a la humanidad. Puesto que el hombre es la expresión misma de Dios, entonces nuestro esfuerzo valeroso y desinteresado por demostrar la Verdad, la Vida, y el Amor está apoyado por Dios Mismo. Nuestro verdadero ser como hombre, la idea infinita de Dios, coexiste con Dios. Desde este punto de vista divino encontramos, con mayor facilidad, la curación espiritual en nuestra experiencia, la cual es tan característica de lo que nuestra Iglesia representa: el amor de Dios que abarca a toda la humanidad.

Un incidente en la vida del profeta Elías, ilustra la responsabilidad especial del pueblo de Dios en los momentos de prueba. Cuando la vida de Elías fue amenazada por la reina Jezabel porque él estaba desafiando la determinación de la pareja real por establecer la idolatría en Israel, parecía que al principio Elías tenía miedo. El corrió para poner a salvo su vida. La apatía también lo tentó a darse por vencido y morir.

Elías, sin embargo, no pudo evadir las exigencias que Dios le imponía. Mientras pasaba la noche en una caverna, escuchó la voz de Dios que le hablaba. La Biblia registra las palabras de Dios: “Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová”. Luego, la Biblia relata que algunos de los elementos más poderosos de la tierra pasaron: viento, terremoto y fuego, pero en cada caso “Jehová no estaba en el viento... en el terremoto... [o] en el fuego”; y el relato continúa: “Y tras el fuego un silbo apacible y delicado”. 1 Reyes 19:11, 12.

Es posible que “el silbo apacible y delicado” tal vez significaba para Elías la voz del Amor divino que le hablaba y lo alentaba para que aceptara la oportunidad de ser un testigo para el trabajo de Dios. Posiblemente Elías obtuvo un concepto nuevo de que su trabajo estaba bajo el poder de Dios, y que esto era la influencia más predominante para el bien en su país. Así, hoy en día, con el mensaje fortalecedor del Amor, nosotros también podemos obtener un punto de vista nuevo y valeroso acerca de que las enseñanzas de la Ciencia Cristiana son la influencia más predominante para el bien en el mundo. Podemos regocijarnos de que la curación espiritualmente científica tiene su origen, apoyo y realización en la autoridad divina de la bondad de Dios.

Dios, sin embargo, impone exigencias — exigencias divinas — sobre aquellos que comprenden y han demostrado, en parte, Su poder sanador y regenerador, y esas exigencias podrían estar simbolizadas por las palabras autoritarias a Elías: “Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová”.

Debemos dejar que la luz del Amor divino y la curación espiritual se vean, así como Cristo Jesús encareció a sus seguidores cuando dijo: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. Mateo 5:16. La verdadera visibilidad viene de dentro de la Iglesia, de los pensamientos purificados de los miembros. Los rayos de los debates públicos, que algunas veces relampaguean alrededor de las curaciones en la Ciencia Cristiana, son las falsificaciones de la verdadera iluminación. Mas la luz ostentosa de la falsedad, no puede tener ningún efecto dañino cuando devotamente sabemos que la divinidad del Cristo, la Verdad, se está manifestando.

A medida que los miembros de las iglesias verdaderamente reconozcan que la consciencia divina, — la única Mente del hombre — no puede ser afectada ni siquiera perturbada por la supuesta pretensión del error de querer influir, la consciencia humana es purificada así como protegida. Tal oración permite a la gente ver por encima de las tormentas y escuchar “el silbo apacible y delicado” a fin de comprender lo que verdaderamente es la curación espiritual, es decir, la revelación divina de la perfección de Dios y del hombre. Esta es la oración que cambia todo para el bien y muestra la Iglesia a la luz del Cristo.

La iluminación espiritual del verdadero significado de La Iglesia Madre y sus filiales brilla a través de sus miembros. La Sra. Eddy nos dice al hablar de Dios: “Sus modos proclaman la hermosura de la santidad, y Su multiforme sabiduría brilla a través del mundo visible en vislumbres de verdades eternas”.Escritos Misceláneos, pág. 363.

Puesto que nuestra verdadera individualidad es el hombre, el representante espiritual de Dios, entonces, aun ahora, nuestras vidas pueden y debieran expresar más de “Sus modos”, el reflejo de Dios que manifiesta lo que él es, y lo que el hombre verdaderamente es como Su idea. Al expresar al Cristo, nuestras vidas emanan luz. Así “Su multiforme sabiduría brilla” en nuestras vidas visibles, dando a la humanidad “vislumbres de verdades eternas”.

La luz espiritual proviene del interior de la consciencia espiritual que se obtiene mediante el gozo de seguir al Cristo. Sin embargo, los demás la ven brillar exteriormente porque es reflejada en todo lo que hacemos. La iluminación espiritual brilla a través de vidas regeneradas, hermandad demostrada, salud restablecida, gozo y convicción de la bondad de Dios establecida. Esta iluminación alumbra el camino con las respuestas y realidades espirituales que las personas están buscando.

Cuando el Cristo impulsa nuestros pensamientos y acciones, la curación física se efectúa por medios espirituales únicamente. Cuando el Cristo está iluminando la vida de los miembros, no deberíamos inquietarnos de que el valor de la iglesia y su dedicación a la curación espiritual no será apreciado por los demás.

Las tormentas de temor y confusión que hoy en día giran alrededor de las personas al esforzarse por obtener sus derechos divinos de expresar salud y felicidad, pueden parecer amenazadoras algunas veces. Pero las tormentas deben pasar. Se agotan a sí mismas. Y la iluminación radiante del Cristo está siempre presente en la consciencia humana para asegurar a la humanidad el amor sanador de Dios.

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