¿Eres tú alguien de esta misma región:
no alabado, desconocido,
excepto por aquellos
a cuyos corazones les das calor
con verdades simples
que les trae libertad?
Tú les das esperanza.
Les enseñas a amar,
lleno de reverencia,
les muestras a Dios,
en el modesto rincón que ocupas en esta región, ¡Oh pastor!
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