Cualquier libro que haya inspirado redención y curación a miles de personas tiene que provenir de Dios. Esto es verdad respecto a la Biblia. Y también es verdad respecto a Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy. Ciencia y Salud acompaña a la Biblia en el cumplimiento de la profecía bíblica, completando así la revelación que Dios hizo de Su ley sanadora, la Ciencia divina.
Si bien el Antiguo Testamento revela el conocimiento y la ley divinos, esto muchas veces se perdió de vista debido a una interpretación equivocada. Cristo Jesús dijo a los que tomaron el significado literal y contribuyeron a perpetuar la oscuridad de la ley espiritual de Dios: “¡Ay de vosotros, intérpretes de la ley! porque habéis quitado la llave de la ciencia”. Lucas 11:52.
La Ciencia divina, la ley de Dios, fue totalmente comprendida por el Hijo de Dios, “el que tiene la llave de David”. Apoc. 3:7. Jesús practicó la ley sanadora de Dios con una autoridad sublime y con un maravilloso efecto sanador y redentor, y prometió que Dios enviaría “otro Consolador” para guiarnos a toda la verdad. Ver Juan 14:16; 16:13.
No obstante, para que la humanidad percibiera que Dios siempre provee a todos con Su Consolador que sana, alguien tenía que creer que este Consolador existe. Alguien lo suficientemente agobiado por frustraciones y sufrimientos como para apartarse totalmente del materialismo, tenía que buscar la verdad con insistencia. Alguien lo suficientemente pobre de espíritu y lo suficientemente rico en esperanzas y fe, tenía que seguir escudriñando las Escrituras hasta encontrar al Consolador que guía hacia toda la verdad. Y, una vez que se descubriera que el Consolador era la Ciencia o ley divina, entonces, para hacer accesible esa ley a la comprensión de la humanidad, alguien lo suficientemente humilde como para confiar en la verdad para la curación, tuvo que trabajar sin egoísmo para demostrar esa ley. Alguien de ánimo humilde y dotado de poderosa paciencia, tenía que estar alerta a la revelación de Dios y aprender, por medio de la experiencia, cómo transmitir esa revelación a la percepción humana en un libro de texto que acompañara a la Biblia. Alguien tenía que revisar de continuo el lenguaje del libro hasta que otros pudieran obtener suficiente comprensión para demostrar la Ciencia por sí mismos.
Mary Baker Eddy, la autora de Ciencia y Salud, fue esa persona. Es de imaginarse la alegría que ella debe de haber sentido para haber escrito: “Diariamente recibo cartas de personas informándome que la lectura de mi libro las está sanando de enfermedades crónicas y agudas que habían desafiado la pericia médica”. Escritos Misceláneos, pág. 29.
La Sra. Eddy se dedicó a escribir y revisar Ciencia y Salud durante casi cuarenta años, para que la humanidad pudiera ser provista con la clave que revela la Ciencia de las Escrituras, la cual Jesús practicó tan libre y cabalmente. Y, gracias a su devoción, hoy en día se evidencia, mediante algo más que palabras de promesas, lo inseparable que es la revelación divina expuesta en Ciencia y Salud, de la Palabra de Dios expuesta en la Biblia. Ciencia y Salud señala hacia la última prueba de su autoridad divina: “Puedes comprobar por ti mismo, querido lector, la Ciencia de la curación y así cerciorarte si la autora te ha dado la interpretación correcta de las Escrituras”. Ciencia y Salud, pág. 547.
Mediante sus obras sanadoras, la Sra. Eddy demostró concienzudamente, para sí misma y para muchos otros, que la revelación de la Ciencia contenida en Ciencia y Salud la recibió de Dios y que da prueba de su autoridad divina cuando se la pone en práctica. Si bien ella fue la Descubridora y Fundadora de la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens), la Sra. Eddy no pretendió ser la fuente o autoridad de esta Ciencia. En cierta ocasión escribió: “No soy la Puerta por la cual entrar, ni la Roca sobre la cual construir, pero lo que Dios ha hablado a esta época por mi intermedio, es el camino y la base segura, y nadie puede entrar en la Ciencia Cristiana por otro camino”. Citado en el libro de Robert Peel, Mary Baker Eddy: The Years of Authority (New York: Holt, Rinehart and Winston, 1977), pág. 432.
La Sra. Eddy fue una devota estudiante y practicista de Ciencia Cristiana. Denominó a la Biblia y a Ciencia y Salud como sanador, maestro y guía. Produjo un caudal de obras que incluyen la fundación de la Iglesia de Cristo, Científico, y la publicación y distribución del The Christian Science Journal, el Christian Science Sentinel, El Heraldo de la Ciencia Cristiana y el The Christian Science Monitor. De todos sus trabajos, consideró a su obra, Ciencia y Salud, la más importante. Por lo tanto, aunque todas sus obras publicadas y todo lo que estableció son de vital importancia para el desarrollo espiritual, aún así, ¿no debiera todo el que desea demostrar la Ciencia Cristiana encarar el estudio de Ciencia y Salud para elucidar la Biblia, y considerar este estudio como su obra más importante?
Muchos han comprobado que, como resultado del estudio profundo de estos libros, han recibido una elevada inspiración y una inesperada regeneración moral y espiritual. Las curaciones, a menudo no buscadas, se han efectuado al poner en práctica ampliamente la comprensión así obtenida. Mediante el consagrado estudio y práctica de la Ciencia Cristiana, aprendemos a apreciar el ejemplo que Jesús dio del Cristo, el hombre ideal, y comenzamos a trabajar para expresar nuestra propia y verdadera individualidad a la semejanza de Dios. Asimismo, a medida que el Cristo tiene prioridad en nuestra vida, estamos mejor capacitados para ver los buenos resultados a nuestro alrededor.
La Sra. Eddy pudo percibir que Ciencia y Salud está leudando todo el pensamiento humano y está transformando el universo. Ver The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany 114:28–29 y Esc. Misc. 372:5–6. ¿Estamos cultivando el sentido espiritual de visión que nos capacita para observar estos resultados certeros y mantenernos al tanto con el progreso que profetizan?
La Sra. Eddy consideró que Ciencia y Salud es oportuno y que no está limitado por el tiempo: que es “la voz de la Verdad para esta época”, y que contiene la revelación final de Dios sobre la Ciencia de la curación por la Mente. Ver Ciencia y Salud 456:27–32; 107:4–7; 147:15–18. ¿Estamos escuchando fielmente y prestando atención a este mensaje de la Verdad siempre pertinente y fundamental, o meramente estamos inspeccionándolo de cuando en cuando, para ver si nos dice algo que queramos escuchar y con lo cual podamos estar de acuerdo sin esfuerzo?
Cuanto más nos adherimos con comprensión a la Biblia y a Ciencia y Salud, tanto más compartimos la convicción de la Sra. Eddy de que la Ciencia que estos dos volúmenes contienen es la revelación de Dios, completa y final, autorizada por El. Nada más que esta revelación es necesaria para guiarnos hacia la salvación individual y universal; nada menos sería suficiente. A medida que cumplimos con las estipulaciones que la Sra. Eddy se sintió inspirada a establecer en el Manual de La Iglesia Madre, para proteger y promover la Ciencia que descubrió y el libro de texto que escribió, nos convencemos aún más de lo que dijo: “Ni pluma ni lengua humana me enseñaron la Ciencia contenida en este libro, Ciencia y Salud; y ni lengua ni pluma pueden destruirla”. Ciencia y Salud, pág. 110.
