Ninguno de nuestros esfuerzos
para procurar el bien
jamás podrá ser en vano.
Porque aun si, cual pequeñitos,
corremos hacia la dirección equivocada,
nuestro Padre/Madre Dios
suavemente nos guía
hacia el hogar.
Del número de octubre de 1987 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana
Ninguno de nuestros esfuerzos
para procurar el bien
jamás podrá ser en vano.
Porque aun si, cual pequeñitos,
corremos hacia la dirección equivocada,
nuestro Padre/Madre Dios
suavemente nos guía
hacia el hogar.