Libros, revistas, periódicos, televisión e incluso mucha de la conversación diaria, tienen que ver extensamente con el tema del cuerpo humano: cómo mejorarlo, mantenerlo y embellecerlo. Pero aun en el mejor de los casos, el cuerpo humano tiene sus limitaciones y es vulnerable a ataques de fatiga, tensión, envejecimiento, reacciones químicas, contagios y así por el estilo. Por cierto que podríamos preguntarnos si no hay un cuerpo mejor que el que la humanidad está tratando por siempre de mejorar y medicinar.
La Descubridora y Fundadora de la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens), Mary Baker Eddy, ciertamente pensó así. En Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras pregunta: “¿Qué son el cuerpo y el Alma?” Su respuesta es punto de reflexión, porque ella no se refiere al cuerpo para nada. Empieza diciendo: “La identidad es el reflejo del Espíritu, el reflejo en formas múltiples y variadas del Principio viviente, el Amor”.Ciencia y Salud, pág. 477.
Tal vez ese pasaje indique el hecho de que nuestro concepto actual del cuerpo, es decir, un concepto carnal del ser, necesita cambiarse por la identidad verdadera que se origina y permanece en el Espíritu, Dios.
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