Todas tenemos algo que terminar dentro de determinada fecha. Ya sean deberes académicos, actividades voluntarias, horarios de trabajo, obligaciones sociales o responsabilidades familiares, existe presión para hacer todo dentro de determinado tiempo. La cuestión no es por qué tenemos que hacerlo en cierta fecha o si tenemos que hacerlo, sino qué hacemos con respecto a ello. El aplicar las verdades que aprendemos en el estudio de la Ciencia Cristiana puede darnos una nueva perspectiva.
El director del departamento de arte de la universidad donde yo enseñaba, me pidió que yo participara en una exhibición de arte patrocinada por la intendencia de la ciudad, que tendría lugar en pocas semanas. Teníamos poco tiempo, pero él consideraba que nuestra participación era importante para las relaciones con la comunidad. Aunque podía comprender su punto de vista, parecía imposible cumplir con la fecha que nos habían fijado, considerando las horas necesarias para su preparación, además de mis otras obligaciones.
No tuve tiempo para pintar hasta dos noches antes de la exhibición. Allí estaba sentada con todos los implementos necesarios dispersados frente a mí, sin tener ni un concepto nuevo o utilizable. Me esforcé durante unas horas. El pincel garabateaba colores borrosos, sin forma ni espontaneidad alguna. Era obvio que necesitaba una nueva perspectiva, no sólo para poder pintar, sino también para poder pensar.
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