Hay algo profundamente conmovedor en las acciones altruistas. Cuando oímos que alguien ha hecho un esfuerzo por ayudar a otros en momentos de crisis, nos sentimos orgullosos de lo que llamamos “el espíritu humano”. Pero, ¿se trata de esto solamente?
La siguiente historia relatada por
, un joven miembro de La Iglesia Madre, de South Pasadena, California, muestra que, en estos casos, entra en acción mucho más que una demostración de buena voluntad y energía. Las acciones de heroísmo genuino nos enseñan, en cierta forma, algo de nuestra naturaleza y propósito verdaderos como la expresión de Dios, quien es Espíritu divino. El recurrir sinceramente a Dios, el Amor, en tiempos de crisis es encontrar fortaleza y sabiduría superiores a la capacidad humana.Hace unos años, cuando nos preparábamos para las fiestas navideñas, mi hermano menor y yo condujimos toda la noche para ir por mi hermana. Luego seguiríamos a una reunión familiar en las montañas. Cuando íbamos camino a casa de mi hermana las condiciones del tiempo eran bastante malas. Había neblina, viento y hacía mucho frío. Pero yo no estaba muy preocupado por ello, pues había conducido por esa carretera antes.
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