¿Te gusta cantar? Cuando cantas, ¿acaso no te sientes tan feliz que hasta quieres reír? Una canción puede estallar como un grito y decirle al mundo: “¡Hoy estoy feliz!” Una canción puede flotar suavemente en el aire como el vuelo de un pájaro y elevar los pensamientos tristes muy alto hasta que desaparezcan.
La gente de todo el mundo canta. Cantan cuando juegan y cuando bailan. Cantan para que su trabajo sea más fácil y feliz. Cantan los niños y los adultos.
Hay muchas canciones, y muchas, muchas voces para cantarlas. Bueno, tú tienes voz. Todos la tienen. Ninguna voz es exactamente como la tuya. Tu voz te pertenece, y sólo tú puedes usarla. Eso hace que la canción que tú cantes sea muy especial. Es única en su género.
Al joven pastor David le gustaba mucho la música. El compuso muchas canciones, y puede que algunas de ellas se encuentren en la Biblia, en el libro llamado “Salmos”. Todos los salmos tienen un propósito muy especial. Se refieren a Dios. Uno de éstos dice acerca de Jehová: “Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios”. Salmo 40:3.
Al rey Saúl le gustaba mucho escuchar a David cuando tocaba el arpa. Cuando el rey no se sentía bien, llamaba a David para que tocara el arpa, y Saúl se sentía mejor. Seguramente había mucho amor en la música de David, y eso ayudaba a Saúl a sentir la presencia de Dios.
David sabía que se podía confiar en Dios. Cuando todavía era joven, confió en Dios para que lo ayudase a vencer al gigante Goliat, y así salvar a toda la nación de Israel. Uno de los salmos de la Biblia, habla acerca de esa clase de confianza que David sentía: “Jehová es mi fortaleza y mi escudo; en él confió mi corazón, y fui ayudado, por lo que se gozó mi corazón, y con mi cántico le alabaré”. Salmo 28:7.
¿Te has despertado alguna vez durante la noche sintiéndote solo y asustado? ¿Has deseado, en ese momento, que hubiese alguien allí que te tomara de la mano y te cantara una canción y te consolara? Otras personas se han sentido así y han compuesto canciones que hablan sobre esas cosas. “De día mandará Jehová su misericordia, y de noche su cántico estará conmigo, y mi oración al Dios de mi vida”. Salmo 42:8. El amor de Dios siempre trae consuelo. Elimina el temor y nos ayuda a orar. El amor de Dios es como una dulce canción llena de ternura.
Tú puedes saber esta canción acerca de la ternura de Dios. Puedes ayudar a otros para que la sepan. Puedes cantar con tu risa o con gritos de júbilo. O ni siquiera tienes que hacer un solo sonido. Puedes cantar acerca del amor de Dios silenciosamente dentro de tu corazón. Y todos los que estén a tu alrededor sentirán este amor. Así es el amor de Dios. Derrite el dolor y la ira. Trae paz y gozo. Consuela a todos.
Dios te dio una canción especial para que cantaras, es decir, Su amor. Y tú puedes cantarla. Sí tienes voz, y sólo tú puedes usarla.