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Una de las primeras curaciones que tuve hace muchos años, vino...

Del número de mayo de 1987 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Una de las primeras curaciones que tuve hace muchos años, vino por medio de la inspiración que recibí de la lectura de un testimonio de curación en una de las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana. En ese tiempo no era Científica Cristiana. Había estado fumando durante varios años y deseaba profundamente liberarme de ese vicio. Muchas veces había tratado de abandonarlo usando la fuerza de voluntad, pero mis esfuerzos por liberarme habían fallado.

Tiempo más tarde, alguien me dio un ejemplar del Christian Science Sentinel. Leí un testimonio de un hombre que había vencido el vicio de fumar al reconocer su verdadera naturaleza espiritual como idea de Dios. Asimismo, mencionaba algunas de las ideas espiritualmente científicas que había considerado en sus oraciones, y decía que la curación se había llevado a cabo en unos pocos días.

Al leer el testimonio, vi muy claramente que mi verdadero ser como imagen de Dios nunca había sido afectado por un vicio tan repugnante. Esto fue tan claro para mí que nunca tuve deseos de fumar de nuevo. Al principio pensé que pasarían algunos días antes de que dejara el vicio. Luego pensé que, si esta falsa atracción no tenía base en la realidad, la curación no era cuestión de tiempo. Y así lo probé. Después de eso, nunca tuve deseos de fumar, y nunca se reemplazó ese vicio con ningún otro.

Finalmente, me hice estudiante de Ciencia Cristiana, y los años han estado llenos de curaciones que han ayudado a mi familia y a otros. Las creencias falsas se siguen eliminando por medio de una comprensión creciente de la naturaleza inmortal de Dios y el hombre.

Hubo períodos en que sentía temor por la salud de nuestros hijos, y ellos pronto tenían resfríos que empeoraban con mi temor. Una noche, nuestra hija menor, que entonces era muy pequeña, estaba congestionada. La levanté de la cuna y me senté con ella en brazos en la sala de estar, a oscuras, y silenciosamente elevé mi pensamiento al Amor divino. Razoné que si hubiese un grueso muro hecho de los materiales más fuertes — concreto, acero, hierro y rocas — el poder del Amor lo podría penetrar.

En ese momento, vino la curación, y la congestión de la niña desapareció. Fue una experiencia muy bella. Con toda confianza puse a la niña en su cunita, y las dos dormimos libre y tranquilamente.

Con el tiempo, pude ver la manera en que mis temores afectaban directamente el bienestar de mis pequeños hijos. Las poderosas verdades en Ciencia y Salud por la Sra. Eddy me ayudaron a vencer los pensamientos temerosos. Después de eso, nuestra familia no tuvo más problemas de fuertes resfríos.

Valoro profundamente la importancia que tiene el trabajo en la iglesia filial y el papel que desempeña en el desarrollo de mi crecimiento espiritual. Muchos compañeros miembros de la iglesia me han dado el ejemplo que ha dado vigor a mis esfuerzos para vivir una vida más libre. Estoy agradecida a esos queridos trabajadores cuyo propósito y alegría han sido el ver que otros obtengan su libertad por medio de la comprensión de la naturaleza inmortal de Dios y el hombre.


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