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Reflexiones Reconisderando las noticias y los comentarios

Esta columna aparecerá de vez en cuando, ofreciendo una segunda oportunidad para recapacitar acerca de las noticias y comentarios del día, en el contexto de la Ciencia Cristiana.

“Para los que creen en la teología cristiana, les es difícil...

Del número de febrero de 1988 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

The Seattle Times


“Para los que creen en la teología cristiana, les es difícil hoy en día creer en la moral cristiana. Hace ya algunas generaciones, incluso los que no eran cristianos decían: Aunque no podemos creer en las ideas cristianas acerca de Dios, los principios morales de Jesús son la esperanza del mundo.

“En la actualidad, no obstante, ante le presencia de los ataques terroristas y las matanzas sin sentido, son estos mismos principios morales de Jesús lo que a muchos les es difícil creer o poner en práctica.

“Por moral cristiana, no queremos decir mera decencia común humana —amar a quienes nos aman— sino la radical y algunas veces increíble exigencia de Jesús de que amemos a nuestros enemigos, de que si se nos hiere en una mejilla, volvamos también la otra, o que si se nos obliga a llevar carga por una milla, que vayamos dos; que hagamos bien a los que nos aborrecen, y que oremos por los que nos ultrajan y nos persiguen...

“Abraham Lincoln comprendió esto. El creía que la única manera de derrotar a un enemigo, era hacer de él un amigo...

“¿Puede la filosofía que Lincoln puso en práctica para echar abajo las paredes de desavenencia en una disputa personal, tener algo que decir cuando las naciones están enemistadas?

“La salvación del mundo depende de hombres y mujeres que quieran arriesgarse a encarar el mal con la buena voluntad, gente que trate de romper el círculo vicioso del mal. Los insultos, las amenazas, la ostentación de armas o la instalación de proyectiles teledirigidos no es la respuesta. El mundo no estará en paz ni se salvará mediante el combate, sino mediante la deliberación; no mediante balas, sino mediante el intelecto; no mediante proyectiles, sino mediante las mentes: mentes en armonía con la buena voluntad valerosa e incondicional...

“La voluntad de hierro tiene que cubrirse con suave cortesía; el valor ardiente tiene que mitigarse con bondad; la sabiduría tiene que moderarse con humildad; la convicción tiene que equilibrarse con tolerancia. El espíritu que supera al odio, que sobrepasa a la venganza o incluso al mero castigo, tiene que ejercer su influencia si hemos de prevalecer”.


The Seattle Times

Comentario de : Tal vez, a medida que nos esforcemos por lograr “el espíritu que supera al odio”, necesitemos considerar nuevamente la fuente de la moral de Jesús. Cuando nos dice que amemos a nuestros enemigos, no debemos suplicar este amor a alguna fuente limitada de energía mental y emocional. Debemos hallar nuestro amor en Dios, como él lo halló. ¿Por qué otro motivo podía habernos dado este mandamiento, aún más radical, en el Sermón del Monte: “Sed, pues, vosotros perfectos como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”? (Mateo 5:48)

Lo que hace que la “moral” de Jesús sea posible, es el poder divino. A medida que persistimos en amar, en devolver bien por mal, nos estamos sometiendo al poder de Dios. Y con ese sometimiento viene una influencia transformadora: el Espíritu mismo dando testimonio a nuestro espíritu. Tanto nosotros como aquellos a quienes llamamos nuestros enemigos somos transformados mediante el poder del Amor divino.

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