Han pasado catorce años desde que expresé mi gratitud por escrito (mi primer testimonio fue publicado en el Christian Science Sentinel, en 1972). A través de los años, una comprensión de la Ciencia Cristiana ha enriquecido la vida de toda nuestra familia, y nos ha permitido sobreponernos a muchas dificultades por medio de nuestra confianza en el poder de Dios.
En mi primer testimonio relaté mi curación de una hemorragia subaracnoidea, después que una junta de médicos del ejército pronunció mi condición incurable. Ellos clasificaron mi categoría médica a la más baja, “C permanente”. También ellos prescribieron diversos tipos de medicinas para que yo las tomara diariamente por el resto de mi vida para aliviar el dolor.
Yo no tomé las medicinas, sino que me apoyé solamente en Dios. Con la ayuda que me dio un practicista de la Ciencia Cristiana por medio de la oración, sané completamente, y fui reclasificado a la categoría médica “Al” por otra junta de médicos del ejército. Eso ocurrió hace ya veintidós años, y desde entonces mi buena salud ha sido confirmada por varios médicos del ejército en sus informes sobre el examen médico anual reglamentario a que tengo que someterme.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!