Esta es Tu Palabra,
Dios amado, no la mía;
dejo brillar
Tu luz.
Tu Palabra jamás
vuelve a Ti vacía;
esta Palabra me mantiene,
sostiene, anima.
Esta Palabra sale,
atraviesa murallas
para a numerosos llamados
angustiosos responder.
No puede ser estéril;
Tu Palabra es poder.
Gracias, Dios amado, por la fortaleza
que en esta hora me has dado.