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La ayuda de Dios, aquí y ahora

Del número de abril de 1988 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Es lamentable ver gente que necesita la ayuda de Dios, y que podría tenerla, pero tratan de seguir adelante sin ella. Algunos creen que la ayuda de Dios no está disponible para todos. Otros piensan que hay dificultades que ni siquiera Dios puede resolver. Y otros creen que sería posible obtener la ayuda divina sólo si el hombre Jesús estuviese físicamente en la tierra. Piensan que Jesús tendría que estar presente para que se produjeran curaciones físicas como las mencionadas en la Biblia.

Pero, ¿qué es lo que las propias enseñanzas de Cristo Jesús revelan acerca de la ayuda divina? ¿Acaso no declaró: “He aquí el reino de Dios está entre vosotros”? Lucas 17:21. Cuando alguien se le acercaba pidiendo ayuda, no postergaba a esa persona hasta un futuro en el paraíso. En cambio, el Maestro sanaba en ese mismo instante a toda persona que se lo pedía y era receptiva. Y hoy, de la misma manera, Cristo —la Verdad siempre presente, que Jesús ejemplificó— no ignora a quienes anhelan salud y libertad.

La Ciencia Cristiana explica a todo investigados sincero que no es necesario esperar el más allá para gozar de paz mental, salud normal, felicidad, puesto que, en realidad, todos somos hijos de Dios ahora, continuamente sostenidos por Su precioso amor. Una amiga mía probó cuán práctico es este amor que todo lo abarca, cuando, mediante la oración, sanó permanentemente de fuertes jaquecas.

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