“Francamente, no creo en ninguno de los dos”. Esas fueron las palabras desalentadoras de un votante respecto a los candidatos que lanzaron su candidatura en su distrito. Acusaciones de falta de honradez entre personajes políticos han perturbado a mucha gente.
¿Podemos hacer algo más que sentirnos perturbados? Por cierto que podemos. Hay quienes han comprobado que la oración tuvo un efecto en sus vidas, que trajo armonía a situaciones difíciles, curación de enfermedades y regeneración espiritual. Si las personas pueden beneficiarse con la oración, ¿por qué no los gobiernos? ¿En qué consiste el poder y gobierno verdaderos?
Podría parecer que es la gente la que ejerce el poder y la que gobierna. Mas, ¿acaso no existe un poder divino que puede comprobarse que lo gobierna todo, incluso a quienes ocupan cargos públicos? La Biblia es categórica en su enseñanza de que Dios es omnipotente y omnipresente. Eso significa que Verdad, un sinónimo de Dios, claramente implícito en la Biblia, es lo que realmente tiene poder y presencia. Pero es necesario que comprendamos esto claramente cuando oremos, y que nuestras oraciones estén imbuidas de esa comprensión.
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