¿Qué hombre ... si su hijo le pide pan,
le dará una piedra? Mateo 7:9
Al comienzo, oré para aliviarme del dolor y temor;
luego, sintiéndome decepcionada y abandonada,
pregunté a Dios el porqué. ¿En qué había fallado?
(Sabía que mi Padre jamás me abandonaría,
jamás me daría una piedra si mi oración era sincera.)
Y entonces, El me recordó, “... si su hijo le pide pan ...”
Así, al orar nuevamente,
pedí al Padre pan, y no alivio:
pan para comprender Su naturaleza,
y poder dar testimonio del hombre
no caído, no perturbado, no impresionado,
seguro en la morada de su Padre, invariable, sin pecado, libre.
Este pan llenó mi ser hasta que,
rebosante de gratitud,
sentí llegar el alivio que anhelaba.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!