Sea cual fuere la ocupación que tengamos en la iglesia, es primordialmente una tarea espiritual. Pensamos que a los lectores del Heraldo les agradaría saber cómo varios Lectores en las Iglesias encararon su trabajo. En la primera parte de esta sección especial dos Lectores comparten sus experiencias. La segunda parte incluirá experiencias de otros Lectores y aparecerá en un ejemplar posterior.
Supongamos que usted acaba de llegar a casa después de una asamblea en la que hubo elecciones en su iglesia, y, ¡usted es el nuevo Primer Lector! Tal vez eso era lo que menos esperaba. Tal vez sienta aprensión, o aun esté un poco amedrentado. Quizás estaba deseándolo y esperando que algún día tuviera esa hermosa oportunidad. Tal vez estaba atesorando en silencio el cargo de Lector para la persona adecuada, con la plena seguridad de que su iglesia y la comunidad serían guiadas por la sabiduría divina. De todos modos, ahora usted tiene el cargo. ¿Y qué va a hacer ahora?
¿Qué le parece recurrir al Manual de La Iglesia Madre por Mary Baker Eddy? Los Estatutos sobre la lectoría son como una brújula que señalan la dirección a seguir. La espiritualidad, moralidad, erudición, dedicación, consagración, el estudio, altruísmo, amor y el escuchar espiritualmente son cualidades indicadas en el Artículo III del Manual de la Iglesia y son un buen punto de partida, una buena base, una buena plataforma de lanzamiento para leer con éxito en la iglesia.
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