“Las generaciones de gente de color que lucharon y ganaron para que llegáramos a donde estamos ahora, tenían una relación personal con Dios. Recuerdo que mi madre tenía breves diálogos íntimos con ella misma cuando yo era niño. Mi hermano Larry y yo nos sentíamos molestos, y rápidamente le recordábamos que nuevamente estaba hablando sola. Pero, en realidad, estaba hablando en el espíritu con su Dios. Bueno, este mes nuestra madre cumple 78 años de edad y se ve bien, se siente excelente, y aún en comunión diaria. De hecho, hace poco me habló acerca de algunos de esos mensajes que recibió, y cómo Dios le dijo que no se desanimara, que siguiera adelante que cada mínimo detalle estaría bien. ¿Hemos complicado nuestra vida demasiado, o estamos muy ocupados para hablar con Dios o para escuchar? Nuestros antepasados conocían el poder del espíritu y la importancia de esa diaria comunicación íntima. Ellos no hablaban con el Creador sólo de vez en cuando, o sólo cuando se les cerraba el mundo. Y para hablar con Dios no necesitaban afirmaciones redundantes, invocaciones místicas o caminar kilómetros para sentarse en la cima de una montaña. Su Dios era parte de su vida, estaba más cerca que su familia.. .
“El amor de Dios para con nosotros es la fuerza más poderosa del universo. Conservemos ese conocimiento, mantengamos esa luz encendida en nosotros. No sólo este día, sino cada día, todos los días de nuestra vida”.
Propiedad literaria © 1987 de ESSENCE Communications, Inc. Reimpreso con permiso.
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