Yo estaba haciendo mi labor.
Echaba la anchurosa red al mar
Y así atrapaba los peces
Que procuraban a mi familia el pan.
Entonces levanté mis ojos
Y lo vi allí. "Sígueme", me dijo.
Yo no podía imaginar entonces
De qué podía servirle
Un pescador curtido por el sol; mas
Sí sabía que lo que él me pidiera,
Yo lo haría. Trataría. Me esforzaría.
Pues muy dentro de mí sentí el poder,
No sólo de lo que en él llegué a ver,
Sino un indicio — una vislumbre —
De lo que él, en mí alcanzó a ver.
Me volví para ir en pos de él;
Mis dedos las redes dejaron caer.
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