Ella era viuda. El acreedor había venido para cobrar las deudas que ella no había podido pagar. Estaba en aprietos desesperados. De manera que recurrió a un amigo de la familia en procura de ayuda.
Estos acontecimientos podrían relacionarse con la situación de una viuda en muchos países alrededor del mundo hoy en día: en Etiopía, Ecuador, Nicaragua, Vietnam, Líbano, o, incluso, en una de las naciones más prósperas. Pero estos acontecimientos son de una narración bíblica.
En el cuarto capítulo de 2 Reyes leemos sobre la viuda que recurrió a su amigo Eliseo, el profeta de Dios. En el relato, Eliseo ayuda a la viuda de una manera que nos podría parecer milagrosa. La pequeña cantidad de aceite que quedaba en la casa de la mujer se multiplica a tal grado que puede pagar sus deudas. No sólo eso, sino que queda lo suficiente para que ella y sus hijos continúen atendiendo a sus necesidades.
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