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Llenemos las vasijas vacías

Del número de febrero de 1990 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Ella era viuda. El acreedor había venido para cobrar las deudas que ella no había podido pagar. Estaba en aprietos desesperados. De manera que recurrió a un amigo de la familia en procura de ayuda.

Estos acontecimientos podrían relacionarse con la situación de una viuda en muchos países alrededor del mundo hoy en día: en Etiopía, Ecuador, Nicaragua, Vietnam, Líbano, o, incluso, en una de las naciones más prósperas. Pero estos acontecimientos son de una narración bíblica.

En el cuarto capítulo de 2 Reyes leemos sobre la viuda que recurrió a su amigo Eliseo, el profeta de Dios. En el relato, Eliseo ayuda a la viuda de una manera que nos podría parecer milagrosa. La pequeña cantidad de aceite que quedaba en la casa de la mujer se multiplica a tal grado que puede pagar sus deudas. No sólo eso, sino que queda lo suficiente para que ella y sus hijos continúen atendiendo a sus necesidades.

En cierta ocasión, yo estaba orando a Dios diariamente buscando comprender mejor Su provisión para mi familia y para mí. Cada mañana estudiaba esa historia y otras que ilustran la capacidad y la buena voluntad que tiene Dios para proveer abundantemente a quienes están necesitados. Es posible que mis necesidades no parecieran tan urgentes como las de la viuda del relato en la Biblia. No obstante, no se evidenciaba de dónde vendría el dinero para pagar la hipoteca y los alimentos cada mes. Acababa de abrir mi propia oficina y trabajaba por mi cuenta. Por primera vez en mi vida de adulto no estaba recibiendo un salario con regularidad.

Al reflexionar cada día sobre el relato bíblico en 2 Reyes, procuraba percibir qué había detrás de la abundancia que recibió la viuda cuando siguió las instrucciones de Eliseo.

Como estudiante de la Biblia y Científico Cristiano, había comprobado muchas veces que la comprensión del mensaje espiritual en los pasajes bíblicos trae curación y consuelo. En Ciencia y Salud la Sra. Eddy escribe: "El hecho central presentado por la Biblia es la superioridad del poder espiritual sobre el poder físico".Ciencia y Salud, pág. 131.

En las Escrituras, Eliseo preguntó a la empobrecida y endeudada viuda qué tenía en la Ella respondió que sólo tenía una pequeña cantidad de aceite. Me pregunté qué significado espiritual podría tener la pregunta de Eliseo. Eliseo parecía estar pidiendo a la viuda que agradeciera lo que ya tenía. En lugar de fijarse en su escasez, la mujer con gratitud reconoció su provisión, pequeña como era. Vi que yo también necesitaba agradecer a Dios por lo que nuestra familia ya tenía. Y yo estaba agradecido; muy profundamente.

El siguiente pedido de Eliseo pudo haberle parecido a la viuda algo sorprendente. El le dijo: "Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías".

Nuevamente me pregunté cuál podría ser el significado espiritual. La respuesta fue que yo también necesitaba pedir prestadas "vasijas vacías" de mis vecinos. Por supuesto, no de una manera literal, sino profundamente espiritual, necesitaba vaciar las vasijas. Yo tenía que ver la innata pureza de todos los hijos de Dios. Necesitaba percibir la bondad espiritual esencial de mis vecinos como linaje del Espíritu, Dios. Tenía que ver que en verdad no había en ellos ni mancha ni tacha. Tenía que discernir que estaban libres de todo lo que fuera desemejante a la buena y perfecta creación de Dios. Yo sabía que eso necesitaría una concienzuda disciplina espiritual. Pero yo estaba dispuesto a hacerlo y lo anhelaba.

Un pasaje en otro de los libros de la Sra. Eddy habla de este trabajo: "Las bendiciones más abundantes se obtienen con esfuerzo. Una vasija llena tiene que vaciarse antes de que se pueda llenar otra vez".The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 149.

En realidad, no era cuestión de que yo cambiara el pensamiento de otros o los vaciara de pecado. Se trataba de que yo viera que cada individuo es espiritual y perfecto, como el Padre-Madre Dios, lo creó. La imagen y semejanza de Dios es ciertamente perfecta y semejante a Dios. Habacuc escribe refiriéndose a Dios: "Muy limpio eres de ojos para ver el mal". Hab. 1:13.

Afirmando mi verdadera identidad como hijo de Dios, podía purificar mi propia percepción en cuanto a Sus hijos. Podía orar para comprender la realidad de que el hombre de Dios no está manchado por el mundo. Podía saber que la identidad verdadera de mis vecinos era pura, impecable, y libre de toda clase de mal. Resolví hacerlo así.

En la narración bíblica que estaba estudiando, la siguiente instrucción que Eliseo dio a la viuda fue que echara en las vasijas vacías del aceite que tenía. Esto me impulsó a recurrir al estudio de la palabra aceite. Busqué otras referencias sobre la palabra aceite en la Biblia mediante una concordancia. Había muchos pasajes útiles. Algunos de ellos hablaban sobre el uso del aceite para ungir y santificar.

Después usé Concordancias de los escritos de la Sra. Eddy para encontrar referencias sobre la palabra aceite en sus libros. De gran interés e inspiración fue la definición de aceite en el Glosario de Ciencia y Salud. Ese Glosario da el significado espiritual de muchas palabras bíblicas. Aceite es interpretado como "consagración; amor; dulzura; oración; inspiración celestial".Ciencia y Salud, pág. 592. El estar lleno de ellas, seguramente nos haría santos.

Desde ese momento, fui más diligente en tratar de obedecer lo que parecía ser el significado espiritual de las instrucciones de Eliseo en mi propia vida. Después de llegar a la conclusión de que mi prójimo estaba exento de maldad, empecé entonces a ver a cada uno lleno de las cualidades representadas por el aceite. Aunque me dijeran lo que me dijeran, yo procuraba ver y expresar sólo amor. Fue una gran disciplina comprender que el bien era la verdadera sustancia de todos aquellos con quienes me encontraba. Pero empecé a sentirme más lleno de cualidades como amor, dulzura e inspiración a medida que veía esas mismas cualidades en otros.

A medida que continué fielmente en este esfuerzo, las necesidades de nuestra familia fueron satisfechas. En muchos ocasiones, aquellas necesidades que parecían legítimas se redujeron. La simplificación ocurrió de manera natural, y la provisión no siempre vino en forma de dinero.

Además de esta provisión adecuada y el sentimiento más grande de amor que sentí por los demás, se manifestó otro beneficio: me di cuenta de que Dios es la única fuente.

Una epístola de San Juan nos dice: "Dios es amor". 1 Juan 4:8. ¿Puede Dios, el Amor divino, ser menos que generoso y amable? ¿No nos aseguró Cristo Jesús repetidas veces que el amor de Dios es invariable? Por ejemplo, en el Evangelio según San Lucas, se relata que dijo: "No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino". Lucas 12:32.

Mediante la oración y el estudio de la Biblia y los escritos de la Sra. Eddy, y al reflexionar sobre lo que estudiamos y ponerlo en práctica, podemos tener la seguridad de que Dios es el Principio y Amor divinos y universales. Al hacerlo, abandonamos el concepto limitado y corpóreo de que El es un tipo de superhombre benefactor, aunque a veces caprichoso. La verdadera idea espiritual acerca de Dios llega a ser más real para nosotros. Llegamos a ver y a experimentar, cada vez más, la firme e inagotable efusión de Su bondad para con Sus hijos.

Una frase en Ciencia y Salud que aman los Científicos Cristianos y que está en la pared de muchas de sus iglesias, dice: "El Amor divino siempre ha respondido y siempre responderá a toda necesidad humana".Ciencia y Salud, pág. 494. ¿Acaso la ley que respalda la promesa en la segunda parte de la frase no está indicada en la primera? Si el Amor divino siempre ha respondido a toda necesidad humana, se puede confiar en que lo hará en el futuro. El comprender que todo el bien, toda la provisión, que hemos recibido en el pasado ha venido del Amor, es tener una base segura para creer que continuará.

La fuente original de todo bien es Dios, quien es Amor infinito e incorpóreo. Este Amor es el que motiva la expresión humana de amor, que viene a nosotros en la forma que mejor responde a nuestras necesidades presentes. Pero la fuente siempre es Dios, el Amor divino.

El amor por Dios y el hombre llena las vasijas vacías.

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