Comúnmente se cree que la persona que se ha vuelto alcohólica nunca va a sanar completamente del alcoholismo, sino que más bien, se “mejora” un poco diariamente. Comparto este testimonio con la esperanza de que pueda ayudar a alguien a sanarse completa y permanentemente del alcoholismo como me ocurrió a mí.
Cuando cumplí quince años, durante un verano, me junté con un grupo de amigos que tomaba en grandes cantidades. Como no quería ser rechazado por ellos. Sino por el contrario ser aceptado y querido, comencé a tomar. En el lapso de un año estaba tomando tres o cuatro veces por semana, y al cabo de tres años tomaba casi todos los días.
Llegó un momento en que me encontré sin dinero, sin trabajo, atemorizado y con exámenes finales en los cuales debía obtener la más alta calificación para poder graduarme de la universidad. En este estado de desesperación, finalmente, oré a Dios para que me ayudara a salir del embrollo en el que me había metido. Mi respuesta vino por medio de la Ciencia Cristiana.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!