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La sustancia verdadera es inagotable

Del número de julio de 1990 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Para la mayoría de la gente, identificar a alguien como “una persona rica” significa que posee una fortuna y bienes materiales, como una casa lujosa, automóviles, acciones, posición o un título.

¿Era Jesús un hombre rico? Desde el punto de vista espiritual, él era el hombre más rico que jamás haya existido. Sin embargo, su riqueza no se podía medir por sus posesiones. Cuando un escriba le dijo que lo seguiría, Cristo Jesús dijo: “Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza”. Mateo 8:20. Es obvio que las cosas materiales que la humanidad a menudo considera como sustancia, para él no eran en absoluto sustancia. Por el ejemplo de Jesús vemos que toda riqueza debe ser eterna y buena, de hecho, debe ser totalmente espiritual.

Por ejemplo: si le doy a usted algo material, como una manzana, usted la tiene pero yo no. Ya no poseo la manzana; no es, entonces, sustancia verdadera. Pero si le doy una idea, ambos la tenemos. Y al utilizarla no nos privamos no nos desprendemos de ella, sino que la compartimos. Permanece, no se agota.

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