De acuerdo con el calendario yo era muy joven entonces, y mi abuelo era muy viejo.
Cada vez que tenía oportunidad, le rogaba: "¡Abuelito, cuéntame sobre aquel día en que conociste a Abraham Lincoln!" Y él me contaba otra vez la historia de aquella estupenda ocasión durante su propia infancia, cuando el Viejo Abe pronunció un discurso en el pequeño pueblo de Atlanta, Illinois, E.U.A.
"¡Yo estaba tan cerca de Abe Lincoln como lo estoy de tí! Podría haberlo tocado. Me miró y sonrió".
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