Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Una dura lección

Del número de julio de 1990 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Mi papá y yo solíamos ir juntos al supermercado. A mí me gustaba mucho ir con él y ayudarlo a traer las cosas que figuraban en la lista.

Este día en particular yo estaba escuchando al error — eso significa malos pensamientos — y cuando pasamos por el mostrador de las golosinas yo me quedé atrás. Miré a mi alrededor para ver si alguien estaba observando. Luego tomé tres barras de golosina, las puse en mi bolsillo y alcancé a mi papá, quien, aparentemente, no se había dado cuenta de que yo no estaba cerca de él.

Cuando llegamos a casa lo ayudé a entrar las bolsas con las cosas del supermercado y me fui a buscar a mis dos hermanos. Los encontré en su dormitorio, y a cada uno le di una barra de golosina. Luego comencé a hacer alardes de lo fácil que era obtener golosinas sin pagar, cuando, de repente, algo me hizo mirar hacia la puerta del dormitorio y allí estaba papá.

Iniciar sesión para ver esta página

Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / julio de 1990

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.