Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Preparándonos para estudiar la Lección Bíblica

Del número de septiembre de 1990 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


¿Acaso un piloto subiría a un avión y despegaría sin revisar primero sus instrumentos y consultar con la torre de control? ¡Desde luego que no!

Entonces, si deseamos elevarnos por encima de las corrientes del pensamiento mortal mediante la oración y el estudio diario de la Lección Bíblica que se encuentra en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana, podemos ser buenos pilotos. Podemos ayudar nuestro vuelo tomando ciertas medidas preliminares.

Un primer paso puede ser identificarnos con Dios y reclamar nuestra verdadera identidad como Su reflejo, o idea. Negaremos la creencia de que una mente pudiese oponerse o resistir a Cristo, la Verdad, ya sea desde nuestro propio pensamiento o desde afuera, y reclamaremos la presencia de la Verdad que desenmascarará y destruirá toda resistencia. Sólo hay una Mente, Dios, y, en realidad, esta es la única Mente que poseemos. La Mente comprende y conoce todo espontáneamente. Al afirmar estas verdades superamos las creencias de que nuestra comprensión es escasa y nuestra educación o nuestras capacidades limitadas, y comprendemos más nuestra unidad con Dios.

A veces me ha ayudado mucho analizar mis motivos. ¿Sé lo que estoy buscando cuando estudio la Lección-Sermón? ¿La estudio simplemente porque siento que es mi deber, o estoy realmente elevando mi pensamiento de todo corazón para glorificar a Dios? ¿Estoy dispuesta a sentir Su presencia y poder, y a ser testigo de la identidad espiritual del hombre como Su reflejo? ¿Reconozco que la oración científica es irresistible y que la Lección-Sermón presenta la Palabra de Dios?

Es también acertado refutar la creencia en la resistencia del mundo a la Verdad. Semana tras semana estas Lecciones Bíblicas proféticamente responden a las necesidades actuales del pensamiento del mundo. Nuestras oraciones y las verdades espirituales contenidas en las Lecciones-Sermón semanales traen a la superficie las impurezas de la creencias del mundo para ser sanadas. Esa quimicalización no debe sorprendernos. La Verdad nos da poder y dominio para hacerle frente. Nuestra Guía, la Sra. Eddy, dice en Ciencia y Salud: "Lo que denomino quimicalización es el trastorno que se produce cuando la Verdad inmortal está destruyendo la creencia mortal errónea. La quimicalización mental saca al pecado y a la enfermedad a la superficie obligando a las impurezas a separarse, como en el caso de un líquido que fermenta".Ciencia y Salud, pág. 401.

Quizás hasta tengamos que preguntarnos: "¿Estoy dispuesto a escuchar a Dios?" La Biblia nos dice: "Calle toda carne delante de Jehová; porque él se ha levantado de su santa morada". Zac. 2:13. "Oíd la palabra que Jehová ha hablado sobre vosotros, oh casa de Israel". Jer. 10:1. La mente mortal nunca puede conocer a Dios. Es completamente ignorante del Principio divino, el Espíritu. Por lo tanto, debemos estar dispuestos a negar la realidad de todo sentido mortal de identidad, y dirigirnos a nuestro aposento mental, cerrando la puerta al sentido material. Sólo entonces estamos listos para escuchar a la Verdad con nuestros sentidos espirituales, permitiendo que la Verdad divina revele su ley espiritual de orden y dominio, y dejando que el Alma divina revele su armonía gloriosa a nuestra consciencia elevada.

Al estudiar la Lección Bíblica podemos orar con humildad para comprender tanto el espíritu como la letra. Ambos son necesarios. Cristo Jesús dijo: "Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida". Juan 6:63. Ciencia y Salud nos guía de este modo: "Estúdiese a fondo la letra y embébase el espíritu".Ciencia y Salud, pág. 495. Cuando estamos ávidos de beber de ambos, sentimos una gratitud desbordante por la continua revelación del bien de Dios a nuestra consciencia.

El proceso de aprender acerca del tierno amor que Dios tiene hacia nosotros, y de Su cuidado, no tiene por qué ser un trabajo penoso, como tampoco el refutar las falsas creencias del sentido material es una tarea imposible. No obstante, la mente carnal sugiere esto y trata de influirnos para estorbar este trabajo. En realidad, todos anhelamos conocer mejor a Dios y conocer nuestra verdadera identidad como Sus hijos.

He aprendido que no puedo escuchar al Padre si estoy ocupada "hablando" conmigo misma. La mente mortal hace desfilar continuamente ante nuestro pensamiento los problemas del día y nuestras actividades anticipadas, y hasta introduce fragmentos de conversaciones que recordamos. Pero si estamos alerta a sus maniobras podemos silenciar de manera firme y efectiva este aparente intruso y recibir con gozo lo que Dios tiene que decirnos.

Es maravilloso reconocer que en todo el mundo, Cristo, el mensaje de Verdad, la Mente divina, se puede oír hablando a la consciencia humana en la forma que necesitamos, y que este mensaje se aplica a toda necesidad humana. No hay barreras de idioma, edad, raza, sexo, intelecto, experiencia pasada o educación para esta comunicación de la Verdad. Nada puede separar al hombre, nuestra naturaleza verdadera, de la mente divina, omnisciente, por completo científica, que todo lo sabe.

En nuestro trabajo preparatorio para la lectura y estudio de la Lección-Sermón, también podemos sentir una gozosa expectativa y un profundo deseo de regeneración. Esto es de gran ayuda para recibir inspiración; y esto se intensifica por la gratitud por todo el bien que ya hemos recibido. Ciencia y Salud declara: "La Ciencia es una emanación de la Mente divina, y sólo ella es capaz de interpretar a Dios correctamente".Ibid., pág. 127. La Verdad se imparte a sí misma constantemente; sana, nutre, purifica, libera y eleva. Volvámonos a ella y escuchémosla en silencio. Entonces descubriremos que nos estamos elevando.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / septiembre de 1990

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.