¿Acaso un piloto subiría a un avión y despegaría sin revisar primero sus instrumentos y consultar con la torre de control? ¡Desde luego que no!
Entonces, si deseamos elevarnos por encima de las corrientes del pensamiento mortal mediante la oración y el estudio diario de la Lección Bíblica que se encuentra en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana, podemos ser buenos pilotos. Podemos ayudar nuestro vuelo tomando ciertas medidas preliminares.
Un primer paso puede ser identificarnos con Dios y reclamar nuestra verdadera identidad como Su reflejo, o idea. Negaremos la creencia de que una mente pudiese oponerse o resistir a Cristo, la Verdad, ya sea desde nuestro propio pensamiento o desde afuera, y reclamaremos la presencia de la Verdad que desenmascarará y destruirá toda resistencia. Sólo hay una Mente, Dios, y, en realidad, esta es la única Mente que poseemos. La Mente comprende y conoce todo espontáneamente. Al afirmar estas verdades superamos las creencias de que nuestra comprensión es escasa y nuestra educación o nuestras capacidades limitadas, y comprendemos más nuestra unidad con Dios.
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