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¿Acaso hay algún matón en la casa?

Del número de octubre de 1991 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Cuando Mi Esposo falleció, una firma jurídica muy respetada estuvo a cargo de la sucesión. Me sentí muy segura de este arreglo hasta que descubrí que se estaban cometiendo errores. No obstante, cuando les notificaba de estos errores, hábilmente se cambiaba el tema hacia el de la próxima visita del auditor. El panorama que pintaban sobre el auditor era de que se le consideraba como un ogro despiadado. Todo esto intimidaba mucho.

Siempre estaré agradecida a una amiga que al comienzo de mi estudio de la Ciencia Cristiana me explicó que si bien es un pecado ser un explotador, ello no significaba que no fuera pecado permitir que se abuse de nosotros. Me di cuenta de que con frecuencia las viudas son un blanco para aprovecharse de su situación, y quería proceder con mucha cautela. El problema era que parecía que estaba rodeada de matones, a saber: la prestigiosa firma jurídica, los abogados particulares que cobrarían elevados honorarios por encargarse de la verificación contable y el inspector de impuestos, ¡ese ogro despiadado! De mi experiencia como Científica Cristiana sabía muy bien que siempre es mejor confiar en nuestra intuición espiritual que en los consejos humanos.

"Uno con Dios es mayoría", dijo Wendell Phillips. De las muchas victorias anteriores sobre todo tipo de temor, había aprendido que uno con Dios es en verdad un monopolio, porque Dios, el bien, es tanto omnipotente como omnipresente. Nada puede ser agregado a, o estar fuera de, la infinitud de Dios. La manifestación del bien infinito de Dios es lo que constituye la naturaleza genuina del hombre. El mal es contrario a esta naturaleza. De ahí que la Ciencia Cristiana enseña que una mala persona no es el hombre de la creación de Dios, sino un concepto distorsionado del hombre. Todo aquello que nos amenaza, ya sea una persona o situación, no tiene autoridad sobre la supremacía de Dios. Podríamos decir que una amenaza que nos intimida es como un matón jactancioso que insiste que es alguien a quien se le debe temer. Los Científicos Cristianos generalmente se refieren a este matón como mente mortal o magnetismo animal. Pero sea cual sea su nombre, no tiene sustancia verdadera porque no fue creado por Dios, el único creador. El mal o magnetismo animal no tiene origen, ni es el creador de nada.

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