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"Yo lo puedo evitar"

Del número de octubre de 1991 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


¿Se Ha Excusado usted alguna vez diciendo "No lo puedo evitar" cuando ha hecho algo sabiendo que estaba mal pero que le parecía imposible resistir? Estoy segura de que muchos de nosotros hemos hecho esto alguna vez. Pero un artículo que leí me dio algunas ideas el tema.

El autor hablaba de cómo el incesto, la promiscuidad sexual, la adicción al alcohol, a las drogas y al juego son cada vez más frecuentemente clasificados como "enfermedades" que necesitan ser tratadas por medio de la medicina. Hablaba de una tendencia hacia "la medicación del pecado" y de una ausencia de responsabilidad de parte del individuo hacia su propia conducta. El autor llamó esta ausencia de responsabilidad moral "la Nueva Obscenidad". Dice: "No se trata de palabrotas, sino de un dicho constantemente repetido que asesta su golpe al corazón mismo de nuestra humanidad. Estas palabrotas son: 'No lo puedo evitar' ". William Lee Wilbanks, "The New Obscenity", Reader's Digest, Diciembre de 1988.

Gran parte de la sociedad de nuestros días opera estrictamente sobre la base de la satisfacción inmediata. No hay suficiente reprensión para la práctica de beber bebidas alcohólicas en tertulias, "recrearse" con drogas, y para la tal llamada promiscuidad sexual "discreta" o "sin peligro". A menudo, estas prácticas se justifican catalogándolas como inofensivas, y se condena la moralidad por considerársela innecesaria y aburrida, o que simplemente no tiene nada que ver con la búsqueda de la felicidad. Lo que la gente no comprende es que la línea que separa la aceptación social de hoy en día del potencial de degradación es muy angosta. Cuando la persona comienza a justificar sus acciones con un "No lo puedo evitar", corre el peligro de estar cerca de cruzar esa línea.

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