Con Anterioridad Mi vida era un caos. El excesivo abuso del alcohol y las drogas, el pecado, la enfermedad, los motivos siniestros y una conducta odiosa, causaban constante miseria.
Un día durante este tiempo, a causa de un fuerte dolor en el costado, fui a consultar a un médico, quien, después de examinarme, me dijo que tenía un quiste muy grande. Me explicó que si quería vivir, me debía someter a una operación en el término de dos semanas. Justamente antes de esto, me habían dado un ejemplar de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, que yo estaba leyendo con indiferencia como si fuera una novela. Continué leyendo el libro. Cuando regresé a la consulta del médico para tener la operación, después de haberme examinado otra vez, me dijo que el quiste se había disuelto. En ese momento, yo no tenía idea que había sanado por la Ciencia Cristiana.
Poco después de esto, y a causa de la decadencia del camino que estaba siguiendo, me encontraba completamente en estado de pobreza. Mi padre y mi madre, que estaban de visita en mi casa, vieron un anuncio en el periódico de la localidad sobre un puesto de solista en una iglesia filial de la Ciencia Cristiana en otra ciudad, y me alentaron para que contestara el anuncio. Me hicieron una prueba y estuve profundamente conmovida por el genuino amor, aprobación y caluroso entusiasmo que estas maravillosas personas me expresaron, porque yo estaba acostumbrada a una atmósfera de extrema opresión, burla, desdén mental y abuso físico.
Nunca podré olvidar las incontables maneras en que varias personas de la congregación me apoyaron y me ayudaron en la mudanza a su ciudad. Yo estaba totalmente asombrada cuando ellos me ayudaron a encontrar un departamento, un trabajo, y hasta me dieron una fiesta de bienvenida en mi nuevo hogar. Una tarde, en la Sala de Lectura de la Ciencia Cristiana, una señora me enseñó a leer la Lección Bíblica, (que aparece en el Cuaderno Trimestral de La Ciencia Cristiana), y pronto yo estaba en camino de una transformación redentora en cuanto a mi manera de pensar.
Muy poco después de esto, me enfrenté al quinto juicio por la custodia de mi hija. Muy pronto, después que terminó este juicio amargo y me informaron que yo había perdido el caso, se me desarrollaron dolorosos y atemorizantes síntomas en el pecho. Pero, afortunadamente, yo ya había aprendido lo suficiente en mi estudio para darme cuenta de que tales síntomas debían ser lo que la Ciencia Cristiana denomina "error". Llamé a una practicista de la Ciencia Cristiana para que me ayudara mediante la oración. La practicista me ayudó a comprender más completamente mi verdadera identidad como el reflejo de mi Madre, Dios. Pronto pude darme cuenta de que dado que mi maternidad, como el reflejo espiritual de la maternidad de Dios, era pura, continua y eterna, ninguna orden judicial jamás podría quitármela.
Con este reconocimiento de mi verdadero ser, así como también el verdadero origen de mi hija como hija de Dios, el dolor se calmó; también, mi gran desaliento y pesar se hicieron más sufribles y entonces comenzaron a sanar. Al continuar reconociendo que la presencia y omnipotencia de Dios abrazaban a cada uno de los que estuvieron involucrados en el juicio, pude perdonar a los testigos que deliberadamente habían mentido, y permitieron que mi hija me visitara y asistiera a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana.
Varios años más tarde, conocí y me casé con un maravilloso hombre que había sido Científico Cristiano toda su vida, y también tomé instrucción en clase de la Ciencia Cristiana. El cambio de mi anterior estilo de vida era asombroso. Volví a un programa de estudios de graduados, y ahora estoy terminando un doctorado en el campo de la música.
Otra maravillosa curación ocurrió cuando me caí pesadamente y aparentemente me quebré una costilla. Al principio pensé que me había hecho una ligera contusión, pero cuando después de tres días el dolor continuaba en intensidad y tenía gran dificultad en moverme, llamé a una practicista para que me ayudara por medio de la oración. También oré y estudié intensamente. Esta declaración de Ciencia y Salud fue, en especial, de mucha ayuda: "Todo lo que Dios imparte se mueve de acuerdo con El, reflejando bondad y poder".
Un día, cuando estaba leyendo sobre una curación de una condición similar en la sección de testimonios de un Christian Science Journal, súbitamente sentí que toda la caja torácica y la columna vertebral se movían y el dolor disminuyó de inmediato. Dos días después, estaba completamente sana de la dificultad.
Hyattsville, Maryland, E.U.A.