"Durante los nueve meses que estuvo cautivo en Colombia, el misionero Bruce Olson oraba frecuentemente, pero no oraba por lo que la mayoría de las personas supondrían.
" 'Mi oración no era "Dios, libérame" ', él dijo. 'Mi oración era para ser eficaz donde Dios me había puesto'.
"Olson siente que Dios contestó sus oraciones sosteniéndolo en medio de condiciones primitivas en la jungla, enfermedades mortales, presión sicológica, y su ejecución simulada, hasta que lo liberaron.. .
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