"Los Oidos De los sordos se abrirán" (Isaías). Cuando era joven perdí la capacidad de oír con el oído derecho, y luego, parcialmente, con el izquierdo. Tuve que acostumbrarme a leer los labios de las personas y, con frecuencia, tenía que pedirles que repitieran lo que habían dicho. Casi no podía oír el servicio de los domingos en una filial de la Iglesia de Cristo, Científico a la que asistía, y no alcanzaba a oír los testimonios en las reuniones vespertinas de los miércoles. La sensación de lejanía y separación era angustiosa.
En esta época de mi vida, una serie de acontecimeintos traumáticos sucedieron en un período muy corto y me causaron gran angustia mental y física. Me volví con humildad a mi Padre-Madre Dios pidiendo ayuda, y con el apoyo por medio de la oración de un practicista de la Ciencia Cristiana, poco a poco recuperé la salud. No obstante, la sordera persistía.
Había sido una dedicada estudiante de la Ciencia Cristiana durante toda mi vida, así que tenía confianza en que esta curación se lograría por medio de la oración. Aun cuando amigos bien intencionados me urgían para que buscara tratamiento médico, tenía la fuerte convicción espiritual de que no había ningún defecto en mis oídos. Estudié el significado espiritual de oídos según el Glosario de Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, que dice en parte: "Oídos. No los órganos de los llamados sentidos corporales, sino comprensión espiritual".
Medité sobre esta definición. Mi razonamiento fue algo así: Puesto que los oídos no son órganos físicos, sino comprensión espiritual, yo no estoy indefensa ante lo que parece ser una condición real física y permanente. Hay algo que yo puedo hacer y es afirmar la comprensión espiritual que he demostrado hasta entonces y hacer un esfuerzo combinado por aumentar esta comprensión por medio del estudio consagrado de la Ciencia Cristiana, y reflejar más cristianismo en mi vida diaria. Continué estudiando sola, confiando únicamente en Dios. Pronto se normalizó la percepción en el oído izquierdo.
Varios años pasaron durante los que se sucedieron otras curaciones. No estaba trabajando conscientemente sobre mi problema de audición; mis esfuerzos estaban dedicados a aumentar mi comprensión espiritual por medio del estudio diligente y la demostración diaria de las cualidades espirituales.
Luego fui guiada a hacer un estudio más profundo del concepto de sustancia como se enseña en la Ciencia Cristiana. Mi estudio se concentró en la declaración de la Sra. Eddy en Escritos Misceláneos: "El que progresa más en la Ciencia divina es aquel que más medita sobre la sustancia e inteligencia espirituales e infinitas". Vi con claridad que la sustancia espiritual no podía estar en las cosas materiales. Dado que la sustancia es Espíritu, siempre está al alcance y nunca puede perderse, ser destruida o mal usada. No apliqué esta nueva revelación al oído, sino que simplemente me regocijé en la verdad de este hecho espiritual.
Esa noche estaba acostada sobre el lado izquierdo con la oreja sumerigida en la almohada cuando de pronto me di cuenta de que estaba oyendo lo que mi familia decía en otro lugar de la casa. Puse mi reloj contra la oreja derecha y oí fuertemente el tictac. Un gran sentimiento de admiración inundó todo mi ser al darme cuenta del alcance de esta curación. El volver a oír el canto de los pájaros y los testimonios en la iglesia fue, sin lugar a duda, una gran fuente de alegría.
Esta experiencia sucedió hace varios años y la curación ha sido permanente. Estoy muy agradecida porque mis padres fueran trabajadores leales en el movimiento de la Ciencia Cristiana, y tuve el privilegio de tenerlos como ejemplo. Además, estoy segura de que no hubiera aprendido a apreciar la Biblia y sus riquezas sin las inspiradas explicaciones de las Escrituras contenidas en los escritos de la Sra. Eddy.
South Pasadena, California, E.U.A.
    