Aunque Personalmente No hayamos experimentado los efectos del terrorismo, el crimen violento, la depravación, la deshonestidad o cualquier otra forma de crueldad, seguramente estamos familiarizados con las noticias que nos informan sobre esos acontecimientos. Algunas veces esos informes son referentes a ciertos lugares con problemas políticos geográficamente muy distantes de nosotros. Otras veces, encontramos que esos problemas aparecen justo en donde vivimos.
En mi país, la India, en los estados de Punjab, Jammu y Cachemira, el terrorismo y el asesinato de gente inocente siguen siendo un gran desafío. No hace mucho, en el estado de Andhra Pradesh, donde vivo, las amenazas de los Naxalitas, un grupo revolucionario terrorista, se volvió muy alarmante. El gobierno hacía lo mejor que podía para conservar la paz, la ley y el orden. Pero las noticias diarias difundían temor entre la gente. El peligro parecía estar en todas partes.
Esto me hizo pensar acerca de los recursos que teníamos para tratar esos problemas. ¿Cómo podemos ayudar a traer paz y una atmósfera sanadora a la vida de las personas, de la familia o a la vida de la comunidad, cuando esas situaciones parecen tan peligrosas? Encontrar una respuesta a esta pregunta se hizo más importante cuando mi hijo fue amenazado por los terroristas Naxalitas.
En ese entonces, mi hijo era un joven graduado en matemáticas y diplomado en sistemas de computación. Buscaba un empleo, cuando en la última semana de mayo de 1989 recibió la siguiente carta: "Me ocupo de la compra y venta de armas AK-47 y de computadoras IBM.. . Hay algunas vacantes en mi mafia.. . Tus calificaciones y tu experiencia con Naxal son muy necesarias para mi organización. Me encontraré contigo en la estatua dieciochoava en la calle Tank Bund el 1.° de junio a las 23 horas en punto. Ven sin falta o la muerte caerá sobre ti el 2 de junio". Estaba firmada por el supuesto empleador.
La estatua número dieciocho en la calle Tank Bund es de un poeta revolucionario y está situada en un paraje solitario. Sabíamos muy bien que nuestro hijo no tenía ningún trato ni conexión con los grupos revolucionarios Naxal. Y por medio de las noticias habíamos oído acerca de varios casos de rapto y muerte de gente inocente, como así también de otros actos de violencia perpetuados por los Naxalitas en nuestro estado. Todos los miembros de nuestra familia estaban atemorizados. En nuestros esfuerzos por encontrar una solución, pensamos en los pasos que podíamos dar para salvarnos. Pensamos en acudir a la policía, pero sabíamos que en muchos casos sus esfuerzos habían sido en vano.
Fue entonces que la Ciencia Cristiana vino a rescatarnos. Decidimos enfrentar el problema confiando en la ley de Dios y en Su poder para poner las cosas en orden. Por experiencias previas sabíamos que las soluciones que derivan de la oración son permanentes y satisfactorias. Y sabíamos que al volvernos a Dios podíamos desafiar estas amenazas con eficacia.
Oramos para comprender que la amenaza a la vida de nuestro hijo no podía tener ningún efecto sobre él ni sobre nosotros porque, en realidad, Dios es nuestra Vida. Eso significa que Dios es Vida infinita y que como Sus ideas o hijos espirituales lo expresamos a El. Nunca podemos perder esta Vida y tampoco nos la pueden quitar. Nos negamos a aceptar el desorden y temor creado por esta amenaza. Rechazamos las sugestiones humanas de peligro al espiritualizar nuestros pensamientos y comprender que realmente éramos completamente espirituales e inseparables de Dios, del Amor. Comprendimos que nuestro Padre-Madre Dios no nos da problemas para ponernos a prueba. Los informes de situaciones discordantes surgen de la ignorancia espiritual, de la perversidad humana o del temor. Al volvernos humildemente a nuestra Mente Paternal, con la confianza de un niño en El, encontramos nuevas percepciones — nueva inteligencia y amor — y disposición para aceptar la ley de Dios. Nos sentimos capaces de dar cualquier paso de progreso que se nos solicitara.
Oramos para saber que el hombre que había escrito la carta también era hijo de Dios, bueno, como nosotros. Por lo tanto, sólo podía heredar bondad. Sabíamos que Cristo Jesús había demostrado el poder de la oración en muchas ocasiones. Una vez, después de predicar en una sinagoga, Jesús fue arrastrado y llevado a la cima de una montaña, desde donde la multitud estaba decidida a arrojarlo; pero la Biblia dice: "Mas él pasó por en medio de ellos, y se fue".
Especialmente nos ayudó la siguiente declaración del libro Ciencia y Salud por la Sra. Eddy: "Aunque en el sentido mortal el camino sea oscuro, la Vida y el Amor divinos lo iluminan, destruyen la inquietud del pensamiento mortal, el temor a la muerte, y la supuesta realidad del error". Esto tuvo efecto en nuestro pensamiento y elevó nuestra comprensión de Dios como la Vida y el Amor divinos.
Oramos más para comprender que la presencia de Dios, que está siempre con nosotros, sí nos ayuda. Vencimos el temor cuando vimos una salida clara mediante las siguientes palabras de la Biblia: "En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor.. . De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor". En nuestra consciencia empezamos a abrazar todo en nuestro amor; incluyendo a los que se suponía que estaban en el grupo que amenazaba a nuestro hijo. Eso eliminó el resentimiento que habíamos estado sintiendo.
A través de la oración y de escuchar la dirección de Dios tuvimos la maravillosa sensación de que Dios es Amor y de la presencia del Amor con nosotros. Esto nos dio valor para enfrentar la amenaza. Nos dimos cuenta de que no tenía poder, y decidimos no responder a las demandas de la carta. Nada sucedió, ni el día de la cita ni desde entonces. Se restablecieron la paz y la armonía en la familia.
También se añadieron algunos beneficios. Aunque es necesario orar más para encarar la alarmante situación en los estados de Punjab y Cachemira, en el nuestro, Andhra Pradesh, el ambiente ahora ha mejorado. Subió al poder un nuevo partido político. Algunas de las personas que habían sido secuestradas y amenazadas de muerte fueron liberadas ilesas. En nuestro estado hay menos tensión con respecto a la amenaza Naxalita. Ahora mi hijo está casado y trabaja al servicio del gobierno.
Al espiritualizar nuestros pensamientos en humilde sumisión a Dios, cada uno de nosotros puede hacer mucho para oponerse a esas situaciones. Aprendemos a aceptar la totalidad de Dios, el Amor divino, y la nada de cualquier cosa desemejante a Dios. Cuando hacemos lo posible por dejar que Dios gobierne nuesta vida, obedecemos el discernimiento espiritual y la intuición. Entonces no somos engañados por el temor, la sospecha, la ansiedad o el resentimiento. Sabemos que como hijos de Dios somos uno con El, y nuestra seguridad está firmemente establecida.
El autor de Colosenses recalca muy bien este hecho cuando escribe: "Vuestra vida está escondida con Cristo en Dios". A medida que lo comprendemos más claramente, nos damos cuenta de que no necesitamos temer el mal, ni siquiera aceptar la creencia de que hay un poder opuesto a Dios. Las situaciones de temor o amenazas, en realidad, no tienen ningún poder porque no están respaldadas por la autoridad divina. Por otra parte, la presencia sanadora y el poder de Dios están siempre con nosotros. Ciencia y Salud hace esta distinción muy clara cuando dice: "Puesto que Dios Mismo es el bien y es Espíritu, la bondad y la espiritualidad tienen que ser inmortales. Sus opuestos, el mal y la materia, son error mortal, y el error no tiene creador. Si la bondad y la espiritualidad son reales, el mal y la materialidad son irreales y no pueden ser el resultado de un Dios infinito, el bien".
En realidad, no hay ni crisis ni injuria que pueda obstruir el continuo progreso que nuestro amado Padre ya nos ha otorgado. Podemos enfrentar los desafíos exitosamente cuando nos sentimos inspirados por las misericordias de Dios que siempre se nos revelan. Obtenemos la fortaleza que necesitamos en la medida en que obedecemos a Dios y a Su ley.
Con la oración y la comprensión correcta de la totalidad de Dios es posible enfrentarse y oponerse al terrorismo, la guerra, y otras formas de crueldad. Y podemos permitir que nuestra vida muestre un continuo despertar a la totalidad del Amor divino.