De Alguna Manera surgió el tema del matrimonio, y la clienta del banco preguntó al joven empleado que la atendía: "¿Es usted casado?"
"No, no soy casado y no me voy a casar. Hay algo que anda mal con el matrimonio. Siempre termina en divorcio. Todos mis amigos, uno tras otro, se están divorciando".
Cuando la señora salió del banco, recordó cuando su matrimonio andaba tan mal que parecía que la única solución era el divorcio para así encontrar libertad. Ella y su esposo habían comenzado con mucha alegría y esperanza, con un gran sentimiento de satisfacción y amor verdadero. Y luego se dio cuenta de que su esposo era alcohólico.
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