Iba En Coche con mi hijo adolescente y su amigo cuando, de pronto, un motociclista, que venía cerca del coche, sacó un revolver.
Con tranquilidad pedí a los muchachos que miraran hacia adelante, mantuvieran la calma y oraran. Como el hombre venía muy, muy cerca detrás del coche, me puse a orar en seguida comenzando por el Padre Nuestro, la oración que Cristo Jesús nos dejó. Las dos primeras palabras, "Padre Nuestro", me aseguraron al instante que los cuatro teníamos un único Padre y que El estaba allí mismo protegiéndonos a cada uno de nosotros.
La Biblia nos dice que Dios es el único poder creador y que el hombre, hecho a Su semejanza, expresa el dominio dado por Dios. Cuando estaba orando, pude comprender que eso significaba que nosotros podíamos ejercer ese dominio allí en el coche, y no asustarnos. Pero había aprendido estudiando la Ciencia Cristiana
Christian Science (crischan sáiens) que eso no era todo lo que tenía que hacer. El hombre de la creación de Dios también tendría dominio sobre cualquier deseo de ser violento. De modo que continué orando, segura de que dado que la verdadera naturaleza del motociclista era espiritual, jamás podía, ni siquiera quería, cometer un acto de violencia. Comencé a sentir que el temor iba cediendo ante la certeza de la presencia y el poder de Dios, el Amor divino. Casi inmediatamente recordé una declaración de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, Mary Baker Eddy: "Si estás revestido de la panoplia del Amor, el odio humano no puede tocarte".
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