¡Cuantas Respuestas A nuestros problemas encontramos en las Santas Escrituras, fuente inagotable de inspiración para el progreso espiritual!
Decir que la Biblia no es actual sería como decir que nuestras necesidades no son actuales. Pensar que las enseñanzas, narraciones y curaciones de la Biblia no se aplican a esta época significaría que el hombre de hoy es de naturaleza distinta al hombre de ayer; sería como pensar que su conducta, sus necesidades y sus capacidades no tienen nada en común con otras personas en otras épocas y lugares.
Cuanto más conocemos la historia en general, y los relatos bíblicos en particular, con mayor claridad percibimos que la humanidad siempre ha sufrido las mismas limitaciones — escasez, temor, rencor, ambición, pasión desbordada, egoísmo, enfermedad, y así sucesivamente — las mismas cosas que la sociedad actual está enfrentando; la única distinción es que los diferentes períodos y las diferentes culturas los han presentado en diversos contextos.
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