He Recibido Muchos beneficios en mi vida mediante la Ciencia Cristiana. Mi madre empezó el estudio de esta Ciencia después de tener una curación instantánea de apendicitis aguda. Su curación fue mencionada por mi padre en su testimonio publicado en el Christian Science Sentinel del 28 de diciembre de 1987.
Cuando era colegiala contraje escarlatina. El doctor, que fue llamado en obediencia a la ley británica, dijo que mi caso era grave. No obstante, gracias a la ayuda mediante la oración de una practicista local de la Ciencia Cristiana, no solo me restablecí en pocos días, enteramente sana, sino que la enfermedad no se diseminó más en mi escuela.
A medida que mi madre aprendió más de esta Ciencia del cristianismo y comenzó a practicarla, tuve muchas curaciones mediante la aplicación que ella hacía de las verdades espirituales del ser. En cierta ocasión sentía temor excesivo a las avispas y sufrí de mucha inflamación cuando me picaron un día. Los efectos de la picadura desaparecieron rápidamente mediante las oraciones de mi madre, y con el tiempo vencí el temor a las avispas.
Cuando nacieron dos de nuestros hijos, me aconsejaron que necesitaba suturas. Pero sané completamente mediante la oración solamente, y no hubo efectos posteriores desagradables. En otra ocasión, sufrí mucho de un absceso grande en uno de mis senos. Como resultado de la oración, el dolor desapareció en poco tiempo y, al día siguiente, el absceso se abrió y drenó sin dolor.
Estoy agradecida por estas curaciones y por la excelente salud de la que continúo gozando.
Hace algunos años, mientras me hallaba a cierta distancia de mi hogar en viaje de negocios, hice una llamada telefónica tarde en la noche desde una cabina telefónica. Más tarde me di cuenta de que había olvidado mi billetera allí, la cual contenía mis tarjetas de crédito y una cantidad considerable de dinero. Cuando volví a la cabina, alguien estaba dentro, pero afirmó no saber nada de mi billetera.
Cuando llegué a mi hotel, me sentía muy contrariada, no sólo porque no podía afrontar esa pérdida de dinero, sino porque estaba enojada conmigo misma por haber hecho tal tontería. No había modo de que pudiera dormir.
Reconocí que lo primero que tenía que hacer era deshacerme de esa autocondenación o no podría estar en el estado mental apropiado para resolver cualquier cosa. Mediante la oración, basada en la comprensión de mi verdadera naturaleza espiritual como hija perfecta de Dios, sentí caer ese peso. Se demostró que esa tontería no podía ser parte de la identidad que Dios me había dado.
Después tuve que afirmar que estos hechos espirituales eran verdaderos para todos. En realidad, nadie podía ser un mentiroso o un ladrón. Persistí en mi oración hasta que sentí la seguridad de que nadie podía estar fuera del alcance de la influencia divina, pues esta influencia es omnipresente.
Al día siguiente, después de invalidar mis tarjetas de crédito e informar a la policía local sobre la pérdida, fui a cumplir con mis compromisos comerciales. Al final del día volví a la estación de policía, esperando confiada en que mi billetera estuviera esperándome. ¡No estaba!
Entonces fue un verdadero desafío para mí mantener mi esperanza del bien, pero persistí en negarme a tener pensamientos que no fueran afectuosos hacia quien tuviera mi billetera. Así que estaba consciente de que todos los involucrados estaban bajo la ley del Amor. Se pueden imaginar mi alegría cuando después de casi diez días, llegó mi billetera en el correo. Habían devuelto a la policía la billetera intacta, y no faltaba ni un centavo.
En 1971 mi esposo y yo formamos una compañía para vender bebidas sin alcohol. En esos días dichas bebidas eran virtualmente desconocidas. Contábamos con un capital muy modesto, y no conocíamos el mercado en el cual nos proponíamos operar. También teníamos a tres niños a quienes educar. Pronto descubrimos que muy poca gente quería comprar nuestras bebidas y que quienes habíamos contratado para que las vendieran no estaban ganando lo suficiente como para que les fuera conveniente.
Aun cuando las cosas parecían muy sombrías, teníamos la firme convicción de que esta idea estaba espiritualmente inspirada y que, por lo tanto, Dios nos daría los medios para cumplir con nuestro propósito. Sinceramente puedo decir que jamás dudamos. La oración, la fe y la perseverancia finalmente triunfaron y nuestra aventura no fracasó. Tuvimos la satisfacción de proveer las bebidas que hicieron posible que se iniciaran los primeros clubes en Inglaterra donde no se sirven bebidas alcohólicas, y de abrir el camino que muchas compañías grandes ahora están siguiendo.
Hace poco enfrenté un desafío. Fue éste: "Si realmente crees en el descubrimiento de la Sra. Eddy de las invisibles leyes de Dios de la armonía, entonces éste es el descubrimiento más importante de todos los tiempos. ¿Por qué estás ocupando tu tiempo en otras actividades?" Así que ahora me estoy dedicando a un estudio más profundo de la Ciencia Cristiana, a una oración más consagrada, y en hacer lo que pueda para ayudar y sanar a otros. Todo esto ha hecho que me sienta más cerca de Dios, y me siento bendecida. Mi creciente descubrimiento del mundo del Espíritu es la actividad más interesante y provechosa que jamás he conocido. Siento un maravilloso y nuevo sentido de propósito en mi vida, así como una segura felicidad.
Aston-on-Trent, Derbyshire, Inglaterra
