A Fuera La Lluvia caía sin compasión. Estaba bajando la escalera cuando mi esposo me preguntó: "¿Has terminado de construir tu parte del arca?" Claro que se refería al mal tiempo; pero, camino al centro de la ciudad, pensé seriamente sobre esa pregunta en un contexto más profundo, y en la respuesta que Dios exige de nosotros.
Durante esa media hora de viaje, estuve pensando en el concepto de arca, y cómo se podría aplicar para proteger el pacto matrimonial entre dos personas. Sólo unas noches antes, mi esposo y yo nos habíamos quedado hasta tarde hablando sobre los desafíos que presentaba el matrimonio. El aburrimiento, la atracción hacia otras personas, el desencanto con la vida de casados, son sólo algunos de los aspectos negativos que pueden presentar desafíos a una pareja de casados. Especialmente nos preocupaba, tanto a mi esposo como a mí, el desafío que enfrenta el matrimonio cuando ambos tienen una profesión fuera del hogar. La tentación de creer que una profesión, un colega, o determinado estilo de vida es más interesante que el propio cónyuge, ha caído sin compasión contra hombres y mujeres por igual, así como caía la lluvia esa mañana sobre nuestro techo.
Podemos aprender algunas lecciones importantes de Noé, un hombre que sabía más acerca de tormentas, de vivir en parejas y de la seguridad de un arca, de lo que jamás nosotros necesitaremos saber. La Biblia nos dice: "Noé halló gracia ante los ojos de Jehová". Y más adelante agrega: "Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé". De modo que él fue elegido para reunir y salvar todo lo que era necesario para habitar nuevamente la tierra después del diluvio. A Noé se le ordenó que tomara dos de cada criatura, y también que llevara consigo a su esposa y familiares más cercanos. A medida que pensaba en la historia de Noé, considerando paralelos entre ésta y el matrimonio, aprendí una valiosa lección en la construcción de arcas.
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