Un Articulo Recientemente publicado en un diario es un buen ejemplo del desafío que nuestro mundo debe enfrentar para combatir la destrucción del ambiente. Después de leerlo, uno no puede dejar de preguntarse cómo es la situación en realidad. Por un lado, funcionarios de gobierno al comentar sobre la destrucción del bosque húmedo amazónico, dicen que sólo una pequeña parte ha sido quemada. Por el otro, algunos especialistas en el ambiente dicen que la destrucción de los bosques húmedos en el Amazonas y en el mundo entero es muy extensa y que ya está produciendo daños en el ambiente de nuestro planeta.
Gente como usted y como yo — gente común— quizás no seamos expertos en ciencias ambientales, pero éste es nuestro mundo y es preciso que entendamos en qué condiciones se encuentra y qué podemos hacer para contribuir a su bienestar.
A veces podemos sentirnos tentados a pensar que hay algunos temas en el mundo que son totalmente espirituales por naturaleza, y otros son materiales, y que unos y otros se hallan totalmente separados en nuestra vida. Sin embargo, puede ocurrir que una crisis ambiental realmente nos obligue a ver con mayor claridad la función de los valores morales y espirituales en cada aspecto de nuestra vida. Entonces veremos que todos compartimos un interés común en el estado del mundo. Este reconocimiento creciente de que en el mundo existe un área común en la cual necesitamos unirnos por intereses mutuos, puede realmente conducir a un avance espiritual cuando comenzamos a percibir espiritualmente algo de la relación que une a cada uno con los demás como hijos del Dios único, supremamente bueno.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!