Cuando se enfrentan urbanistas y ecólogos quizás lo primero que se pierda sea la esperanza. Las respuestas a cómo debería utilizarse la tierra — o cómo tendría que haberse utilizado — parecen disminuir a medida que los desacuerdos aumentan.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!