En 1981 Me Sentenciaron de uno a seis años de prisión, como resultado de un crimen que cometí mientras estaba bajo la influencia de las drogas. Mientras cumplía mi condena, tuve mucho tiempo para reflexionar acerca de mi estilo de vida. Sinceramente deseaba enmendar mi vida. Durante mi estadía en la prisión en la región norte del estado de Nueva York fui a la capilla donde se celebraba un culto conducido por Científicos Cristianos, y allí obtuve un ejemplar de Ciencia y Salud por la Sra. Eddy. Este fue el único culto religioso al que asistí durante mi encarcelamiento porque me transfirieron a otra prisión donde no se celebraban cultos de la Ciencia Cristiana.
Yo tenía el libro Ciencia y Salud y decidí leerlo. El libro inmediatamente cautivó mis pensamientos porque las ideas eran sumamente revolucionarias y me dieron esperanzas. Decidí leer este libro más minuciosamente, puesto que tenía bastante tiempo para hacerlo. Decidí hacer un programa, en el cual leería cada día cien páginas de Ciencia y Salud.
Al principio algunas ideas parecían abstractas, pero a medida que continué leyendo, empecé a comprender los conceptos que explicaba el libro. Todos los pensamientos deprimentes que había tenido, desaparecieron gradualmente. El libro me dio más esperanza; me dio una mejor comprensión de lo que podía lograr con la ayuda de Dios. Noté que mi actitud poco a poco cambió.
En la prisión hay muchas maneras de expresar amor cristiano hacia los compañeros de prisión. Me volví más cuidadoso, más paciente y tolerante. También noté que empecé a usar menos malas palabras, hasta que gradualmente dejé de usarlas por completo. También me di cuenta de la importancia de la enmienda, y al darme cuenta de esto, estuve más seguro de que Dios no creó a un criminal ni a un pecador. Empecé a comprender que sanaría de la debilidad que me hacía pecar. No sabía ni cómo ni cuándo, pero sabía que sanaría.
Una idea de Ciencia y Salud a la que me aferré declara: "Esta convicción de que no hay placer real en el pecado, es uno de los puntos más importantes en la teología de la Ciencia Cristiana. Despertad al pecador a ese nuevo y verdadero punto de vista acerca del pecado, mostradle que el pecado no da ningún placer, y ese conocimiento fortalece su valor moral y aumenta su habilidad para vencer el mal y amar el bien."
Después de leer continuamente cien páginas al día de Ciencia y Salud durante cerca de seis meses, todo el deseo de fumar cigarrillos y tomar café y el ansia de usar drogas desaparecieron. Esas curaciones ocurrieron simultáneamente, y el deseo de las drogas, café y cigarrillos nunca volvió. Estoy muy agradecido porque usé el tiempo que estuve en la prisión constructivamente, porque obtuve una mejor comprensión de la Ciencia Cristiana, y esta compresión me ha capacitado para practicar la Ciencia Cristiana con éxito después de salir libre.
En 1987 me afilié a La Iglesia Madre y a una iglesia filial en el Estado de Nueva York al mismo tiempo. Trabajo activamente en mi iglesia filial y trabajo en el Comité de Servicios Institucionales para el Estado de Nueva York.
Nueva York, Nueva York, E.U.A.
Me alegra verificar que el testimonio de mi esposo es genuino. Cuando nos conocimos, acababa de salir de la prisión. Admitió de inmediato que había estado preso. Esto me pareció increíble porque era amable y cortés. De hecho, tuvo que mostrarme su comprobante de liberación provisional antes de que pudiera creerle. Atribuyó su enmienda al estudio y práctica de la Ciencia Cristiana. Yo había asistido a la universidad en Boston, así que había escuchado acerca de la Ciencia Cristiana, pero no conocía sus enseñanzas.
Me atrajo la sensación de tranquilidad que Louis expresaba, y yo también quería experimentarla. Ahora sé que lo que percibí fue el Cristo, la Verdad. Me siento feliz de decir que como resultado de nuestro noviazgo, empecé a estudiar la Ciencia Cristiana. Poco después asistía a los cultos de la iglesia y, finalmente, me afilié a La Iglesia Madre y a una iglesia filial.
La Ciencia Cristiana ha enriquecido nuestra vida inmensamente, y estamos sumamente agradecidos a la Sra. Eddy por haber compartido esta maravillosa verdad sanadora con la humanidad.