Me Gustaria Contar, con gratitud, una experiencia que tuve únicamente con la ayuda de Dios y el fiel estudio de la Ciencia Cristiana.
Años atrás, cuando comencé a estudiar la Ciencia, necesitaba conseguir empleo. Recién había leído en la Biblia la parábola del hombre que dio talentos a sus siervos (Mateo), y me pregunté cuáles eran mis talentos. Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy declara: "Tenemos que aprovechar los talentos que El nos da".
Después de mucho pensar llegué a la conclusión de que mi mejor talento era mi amor por el hogar. Siempre había abrigado la idea de que decorar y amueblar casas sería un trabajo interesante, pero nunca había estudiado decoración en forma seria. Sin embargo, siempre había consultado libros de arte. Y algunas veces mis amigos me habían pedido que los aconsejara, lo cual les había resultado útil. De modo que pensé que lo que había sido un pasatiempo podía convertirse en un trabajo formal. Los talentos que Dios nos da son valiosos y ciertamente merecen que los desarrollemos de manera apropiada y significativa.
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