“!Cuan Grande Es tu bondad,.. . que que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!” (Salmos).
Mi gratitud por la Ciencia Cristiana no tiene límites. Durante casi siete años he probado su eficacia en todo tipo de situaciones. En la escuela, los conflictos entre los compañeros y las dificultades con mis estudios y profesores han sido resueltos mediante la oración. He tenido rápidas curaciones de lo que se llama enfermedades estacionales, y he sanado de golpes y torceduras asociadas asociadas con mi entrenamiento deportivo. También he sido testigo de rápidas curaciones de animales domésticos.
En otras ocasiones, el orar a Dios y apoyarme en Su sabiduría y poder, me ha protegido en circunstancias peligrosas y me ha ayudado a tomar decisiones muy difíciles. En una oportunidad, después de orar para saber que Dios satisface todas las necesidades y que a Su hombre no le puede faltar nada bueno y correcto, una urgente necesidad de trabajo fue satisfecha; encontré empleo.
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