¿A quién no le vendría bien tener más luz?, ¿más claridad en momentos de duda? Y si estamos en medio de nuestra propia búsqueda de luz, a veces ayuda oír las experiencias de otros que están encontrando que “resplandeció en las tinieblas luz”, como lo describe el Salmista. Esta columna publica algunas experiencias que pueden ser útiles para los que están buscando nuevas respuestas. Los relatos son anónimos, para que los autores tengan la oportunidad de expresarse libremente sobre su anterior estilo de vida y sus pasadas actitudes que pueden haber sido considerablemente diferentes de los que ellos actualmente valoran. Fue necesario condensar el tiempo en la narración de estas experiencias, las que no intentan contar una historia completa, sino que muestran algo de la amplia gama de buscadores y el camino por el cual la luz del Cristo, la Verdad, restaura, redirige y regenera vidas.
Siempre, Desde Que era niña, quise ayudar a la gente. Cuando tenía alrededor de doce años empecé a visitar a los niños en los hospitales los sábados. Simplemente iba y pasaba tiempo con los niños y les leía libros. La escuela a la que yo asistía nos alentaba a ayudar a los demás.
Una de mis clases era sobre la Biblia. Creo que esta introducción a la Biblia me ayudó a preparar mi pensamiento para recibir la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens) cuando el maestro de la Biblia me la presentó más tarde. Si bien él no era Científico Cristiano, tenía muy alto concepto del libro de texto, Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, quien descubrió y fundó la Ciencia Cristiana.
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