Lo sorprendente del cristianismo primitivo fue su inmediación. Las enseñanzas de Cristo Jesús exigían que la gente fuera e hiciera lo mismo. El poder de Dios estaba disponible para vivirlo. Si a veces nos sentimos tentados a creer que este poder ya no está presente, el siguiente relato puede ayudarnos a reafirmar nuestras convicciones.
El Dr. Isaac A O. Ojo es profesor de química en la Universidad de Obafemi Awolowo en Ile-Ife, Nigeria. En este artículo él relata dos ejemplos de los efectos prácticos de lo que ha aprendido de la Ciencia del Cristo.
Dos Semanas Despues de haber conocido la Ciencia Cristiana a través de un colega de la universidad, yo estaba sintetizando un compuesto para hacer un nuevo plaguicida. Este tipo de sustancia química se tiene que manipular con mucho cuidado durante el proceso de síntesis. Una de estas sustancias se derramó accidentalmente sobre uno de mis muslos cuando la llevaba de un lugar a otro. Unas dos horas después, el efecto de esta sustancia en mi piel fue similar a tener una brasa caliente sobre el muslo, y atada a él.
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